Una cámara observa la reacción de un halcón y sus polluelos al reciente terremoto en Australia
Una cámara en vivo retransmite el nido de unos halcones en un edificio de Melbourne
Hace unos días, las personas conectadas a las imágenes del nido pudieron ver su reacción a un terremoto
El mayor terremoto en Australia en 24 años sacudió Melbourne hace unos días
Los halcones de Melbourne y otras ciudades de Australia llevan décadas anidando en algunos edificios. Han dejado de ser una novedad para los residentes veteranos, acostumbrados a verlos desde bien pequeños. Esta semana, por ejemplo, tres polluelos nacieron en lo alto de una calle, donde una cámara ha podido observar la reacción de sorpresa de la familia de aves al reciente terremoto de magnitud 6 que sacudió la ciudad.
Un halcón peregrino posado sobre huevos en su nido en las alturas de Melbourne es el protagonista de las imágenes que emite en vivo el grupo de propiedad Mirvac para el Proyecto Peregrino Victoriano. Casi 50.000 personas de todo el mundo se sintonizaron durante su nacimiento y han observado su progreso desde entonces.
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Según los testigos especialistas en aves, se trataba de un macho, algo totalmente normal en el caso de esta especie, puesto que tanto machos como hembras incuban los huevos en el nido. Los halcones han estado usando las cajas nido en la repisa del edificio desde principios de la década de 1990, según un científico de BirdLife Australia.
Un terremoto inquieta a los halcones
Es un lugar de reposo habitual para ellos, pero el pasado 22 de septiembre, un temblor sacudió el edificio sobre el que se asientan, con las cámaras todavía mirando hacia el nido delos halcones. En ellas se ve al macho confundido y alborotado, tratando de comprender qué está pasando, mientras el nido se tambalea.
Durante sus primeras cinco o seis semanas de vida, los padres alimentarán a los polluelos de carne que cazarán por la ciudad, desmenuzada con sus pequeñas garras, hasta que estén listos para volar. Primero, lo harán los machos, y después se lanzarán las hembras más grandes.
Los halcones peregrinos pueden surcar los cielos a 360 kilómetros por hora.