Los científicos del Centro de Investigación Radiológica del Centro Médico Irving (CUIMC según las siglas en inglés), han reformulado las hipótesis analizadas hasta el momento. Su estudio es realmente importante, pues puede ser un aliado para prevenir epidemias con tendencia a convertirse en mortíferas. El caso español de la gripe es el ejemplo más cercano.
Los hallazgos sugieren que el uso este tipo de luz en los hospitales, consultorios médicos, escuelas, aeropuertos, aviones y otros espacios públicos que puedan ser un foco contagioso. Según sus creadores, la luz ultravioleta (UVC según las siglas en inglés) puede alcanzar de ello al ADN del virus de la gripe destruyéndolo.
Según los últimos datos del Instituto de Salud Carlos III, se han registrado un total de 3.162 casos graves hospitalizados con gripe confirmada en el laboratorio, mientras que el número de muertes asciende a 472, por lo que la mortalidad sería de un 14,9 por ciento.
La luz UVC lejana se presenta, por tanto, como una herramienta para controlar la propagación de enfermedades microbianas transmitidas por el aire. Sin embargo, no hay que abusar en su utilización. "Desafortunadamente, la luz ultravioleta germicida convencional también es un riesgo para la salud humana y puede provocar cáncer de piel y cataratas, lo que impide su uso en espacios públicos", dijo David J. Brenner, profesor de Higgins de Radiación y de biofísica ambiental.
El estudio publicado en Scientific Reports aporta más detalles. Apunta que el precio por lámpara es menor a los mil dólares. “Si las lámparas se fabricaran en masa, las luces UVC lejanas son relativamente económicas. Y, a diferencia de las vacunas antigripales, la UVC lejana es probable que sea efectiva contra todos los microbios transportados por el aire, incluso contra las cepas emergentes", explicaba el Dr. Brenner.