Un asteroide del tamaño de un coche pasó el domingo a tan solo 2.950 kilómetros de la Tierra. Es la distancia más pequeña a la que se ha aproximado, que sepamos, una roca espacial, y por suerte, claro está, no impactó. Lo curioso es que pilló por sorpresa al Observatorio Palomar de California, que lo ha bautizado 2020 QG.
Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, le ha dicho a Business Insider que "se acercó sin ser detectado desde la dirección del Sol", y ha confirmado: "No lo vimos venir".
El 2020 QG, que inicialmente se calificó ZTF0DxQ, mide entre 3 y 6 metros de ancho, por lo que, de haber impactado en la Tierra, lo más seguro es que se hubiera convertido en una bola de fuego al entrar en contacto con la atmósfera que difícilmente habría causado daños.
Aunque lo cierto es que hubiera entrado muy, muy rápido. Se calcula que a unos 44.400 kilómetros por hora, lo que supone más de 12 kilómetros por segundo.
Así, el asteroide 2020 QG quedará en los libros de historia por ser la roca ‘no impactante’ que más se ha acercado nunca a la Tierra. Según el Minor Planet Center de la Unión Astronómica Internacional, voló sobre el Océano Pacífico, al este de Australia, durante su aproximación máxima.