Hace cuatro años, en 2015, cambiaron muchas cosas a partir de la publicación de un estudio que aunaba en una lista los distintos modelos de robots que podían ayudar a menores con autismo. Y sí, en el trabajo, firmado por el español Jordi Albo, figura la cuarta generación del Aisoy 1, según recoge Agencia Sinc.
Poco después, dicho artículo fue a parar a las manos de la enfermera Lisa Armstrong, que vive junto a su hijo Juan, quien tiene autismo, en una pequeña localidad de Kansas (Estados Unidos). Tras comprobar los altos precios de los robots se decantó por el español, que adquirió en Internet por un precio de 300 dólares (265 euros).
Aunque eso sí, tuvo que programarlo con la ayuda del ingeniero José Manuel del Río, fundador de Aisoy Robotics. "El robot ha ayudado a mi hijo a moderar su reacción ante sobreestímulos y emociones que lo superan. Antes, sus rabietas podían durar horas y, ahora, con el apoyo de un programa relajante del robot, consigue tranquilizarse en cinco minutos", detalla Armstrong.
Por su parte, el investigador del Instituto de Neurociencias de Alicante Luis M. Martínez expresa que lo importante de estas terapias es que "en ellas se involucren tanto los familiares como los terapeutas, y que la comunicación no sea solo con el robot".