"Los asesinos en serie no nacen, se hacen": cómo el hombre se convierte en monstruo

telecinco.es 16/10/2018 07:05

Existe un gen de la violencia. Así lo confirma el investigador estadounidense Adrian Raine, toda una institución en el estudio de las psicopatías. En uno de sus libros ‘Anatomía de la violencia’ (Anatomy of violence, 2014) habla de un gen responsable de la producción de una hormona, que regula los neurotransmisores implicados en el control de los impulsos. Los individuos que carecen de este gen tendrían una predisposición a la violencia, aunque eso no significa que se conviertan en futuros asesinos, advierte Raine, lo que nos lleva a pensar que es nuestro estilo de vida, el modo de educar, las normas de sociedades cada vez más deshumanizadas la que pueden propiciar las condiciones mínimas para que ser humano mate.

El criminólogo Alberto Pintado opina que "los asesinos en serie no nacen", sino que "se hacen" bajo las condicionantes sociales y familiares que los rodean durante la infancia, etapa fundamental para el desarrollo de la personalidad. "La acción delictiva de los asesinos en serie viene acompañada por una deficiente socialización en la edad infantil. En este sentido, cuando estos sujetos son niños suelen vivir situaciones de elevada negatividad para una persona de tan corta edad. Suelen tener padres con problemas con el alcohol y las drogas, los cuales hacen responsables a sus hijos de todos los problemas que tienen; pueden ser abandonados; pueden sufrir malos tratos, tanto físicos como psicológicos de forma reiterada en el tiempo y con una dureza extrema, por parte de sus seres cercanos. En este sentido, considero que los asesinos en serie se hacen, no nacen".

La opinión Alberto Pintado Alcázar, profesor de Criminología de la Universidad de Murcia, parece confirmarse con el hecho de que EEUU es el país del mundo en el que se concentran el 70% de los asesinatos en serie, según un reciente estudio realizado por la universidad de Florida y no es por una cuestión genética. Una sociedad alienada, supercompetitiva con un ideal generalizado de ser rico que se antoja demasiado imposible, parecen ser los ingredientes de un cóctel que transforma a los hombres en monstruos.

"Por un lado, se habla de la búsqueda del “sueño americano”, lo que provocaría un elevado nivel de frustración si no se consigue el propósito pretendido; por otro, el proceso pedagógico de los menores de edad, por la posibilidad de que se produzcan una serie de factores negativos que provocan un déficits educacional." Hay autores que hacen referencia a la facilidad de acceder a las armas en EEUU, algo que Pintado considera "un factor importante a tener en cuenta, pero no determinante."

Beatriz de Vicente, abogada y experta en Criminología, no cree que EEUU sea la meca de los asesinos en serie, por la gran cantidad de casos "en Rusia, toda África o China, donde estima que se concentren más, aunque ocultos por la falta de información".

De Vicente, sin embargo coincide que "en el mundo anglosajón" confluyen dos factores que favorecen la criminalidad como son: "una educación puritana y represora con la sexualidad y una exaltación de la violencia (permisos de armas para la población, justificación de las armas contra los enemigos, etc), adoración por los asesinos en serie (hay club de fans, negocios de venta de objetos personales, guiones de cine, libros, series de RV, etc) así como la necesidad de ser popular y obtener reconocimiento del entorno social, lo que mueve a muchos a actuar en busca de fama y a otros a buscar la satisfacción de una sexualidad reprimida por vías aberrantes".

¿Si no tienen un origen genético, entonces los asesinos en serie son personas enfermas? ¿Son psicópatas? Para Pintado, que define varias tipologías hay de todo: los organizados, que manipulan y actúan con total conciencia de sus actos; los desorganizados, con alguna enfermedad mental y los mixtos, que reúnen características de ambos.

"No todos los psicópatas son asesinos, ni todos los asesinos son psicópatas. Los asesinos en serie se dividen en tres tipologías fundamentales; los organizados, los cuales se podrían identificar con un asesino en serie psicópata y entre sus características podríamos destacar: planifican el crimen, manipulan la escena del crimen, buena imagen personal, cociente intelectual normal o alto, clase social media-alta; los desorganizados, los cuales presentan una enfermedad mental y suelen tener un cociente intelectual medio-bajo, clase social media-baja, no planifican los crímenes ni manipulan la escena del crimen; y, por último, los mixtos, los cuales presentan características de ambas tipologías", subraya Pintado. "Los organizados son plenamente conscientes de los hechos que están cometiendo, no considero que sean personas enfermas. Ellos saben lo que están haciendo, quieren hacerlo y disfrutan haciéndolo."

De Vicente, profesora y criminóloga de la Universidad Camilo José Cela, aclara que "un asesino en serie no tiene porqué ser un psicópata, ni un enfermo mental, puede ser un sujeto que no padezca ninguna anomalía psíquica y que actúe por codicia, como en el caso de las viudas negras o por venganza. La psicopatía (trastorno de la personalidad), se estima que es padecida por un 1 o 2 % de la sociedad Y en un 90% no delinquen nunca: son el padre cacique, el jefe tirano, el amigo manipulador, la pareja extorsionadora, el compañero trepa, son sujetos incapaces de colocarse en el lugar de otro (carecen de empatía), que cosifican a los demás y los utilizan para obtener beneficios."

La lista de asesinos en series de EEUU es larga, desde Ted Bundy, pasando por Charles Manson, y Anthony Edward Sowell, aunque en los últimos años, los datos de la policía estadounidense y de la universidad de Radford revelan una disminución de este tipo de asesinato, a nivel mundial. De los 906 que había en todo el planeta en los noventa pasamos al 597 en los albores del siglo XXI.

El desarrollo de la tecnología ha facilitado la detención de criminales, gracias a las pruebas de ADN, tras cometer los primeros asesinatos y evitar que siga matando; El profesor de Psicología Michael Aamodt, de la universidad de Radford con el proyecto estadístico sobre asesinos en serie, argumenta que ahora las penas de cárceles son más duras y los condenados no pueden salir a matar tan fácilmente, la sociedad ha cambiado y la gente ya no es tan inocente, no hay niños solos por las calles

La España de los asesinos en serie

España a diferencia de EEUU, la cifra de asesinos en series ha aumentado en el siglo XXI. En 2010 Joan Vilas, El celador de Olot, autor confeso del asesinato de 11 ancianos de una residencia geriátrica; en 2013 fue detenido el dueño de un gimnasio, Juan Carlos Aguilar, que fingía ser un monje Shaolín en Bilbao. Fue condenado por violar y matar a dos mujeres.

Pero ya teníamos en el historial nacional de los asesinos en serie a José Antonio Rodríguez Vega, alias el mataviejas', como lo llamó la prensa. Este hombre se aprovechaba de su carisma y de su oficio de albañil para ganarse la confianza de sus víctimas. Violó y mató a 16 ancianas entre agosto de 1987 y abril de 1988.

Algunos estudiosos creen que la sociedad española se asemeja cada vez más a las más competitivas, donde proliferan los asesinos en serie.

Serial Killers o viudas negras

Se ignora por qué existen más asesinos en series hombres que mujeres; ellos eligen la violencia, mientras que ellas suelen ser 'viudas negras' o ángeles de la muerte', como se le llama a las enfermeras que matan a sus pacientes en hospitales o residencias de ancianos.

"Es un acontecimiento analizado hace décadas y aún no se sabe con exactitud el motivo por el cual los hombres son más propensos a convertirse en serial killers. Está comprobado que los asesinos en serie suelen ser hombres, existiendo una amplia diferencia porcentual entre ambos sexos."

El modus operandi es distinto en la mayoría de las veces: "Las mujeres actuan con más sigilo, utilizando veneno para asesinar a sus víctimas, pretendiendo con ello que sea considerada una muerte natural. Los hombres suelen utilizar más la violencia física para cometer los crímenes. Se podría decir que necesitan el contacto directo con su víctima para hacerle sentir que la vida de ella está en sus manos", afirma el profesor Pintado Alcázar.

Para Beatriz de Vicente, la violencia es campo abonado para los hombres, de hecho protagonizan el 90% de los crímenes violentos y es habitual "que resuelvan conflictos mediante el uso de la violencia." "Una de las principales causas es de orden biológico, la testosterona, señala de Vicente.

"Cuando actúan ambos como depredadores las diferencias no son demasiadas, pudiendo llegar a ser las mujeres tan violentas como ellos, aunque habitualmente cuando somos asesinas en serie utilizamos métodos más cómodos y menos sangrientos, siendo más eficaces en el arte de matar a los congéneres, no en vano tardamos unos ocho años de diferencia con ellos, en ser detenidas", subraya de Vicente.

Existen también las parejas que se juntan para matar, como los dos detenidos en México, marido y mujer que actuaban conjuntamente. Ella servía de cebo para darle confianza a las mujeres, que él violaba y mataba en su casa en Ecatepec. ¿Cómo se explica este acuerdo para matar?

"Existen parejas criminales, donde uno de ellos sería identificado con el “incubo”, el cual corrompe al otro individuo y el “súcubo”, quien se convierte en el esclavo del sujeto autoritario. La unión de dos, o más, personas para cometer crímenes de esta envergadura podría estar relacionada con la necesidad de llevar a cabo las fantasías criminales que predominan en la meten del sujeto dominante.

Un mal interior que explota

"Para la sociedad -explica Pintado Alcázar- resulta difícil comprender que un sujeto haya matado a cinco, seis, 10 o 20 personas y que lo haya hecho de una forma tan cruel e inhumana. Los asesinos en serie suelen ser personas que se “camuflan” entre la sociedad y que pueden llegar a tener un buen puesto de trabajo y ser vecinos ejemplares. En realidad no saben es que los hechos realizados son el resultado de un largo proceso de gestación de un mal interior que termina explotando. "

La abogada de Vicente considera que para la gente "resulta muy tranquilizador pensar que la crueldad humana viene explicada por un trastorno mental, siendo aterrador para cualquier ciudadano aceptar que simplemente hay sujetos que actúan de tal modo con total conciencia y libertad. "