Por sorprendente que suene, hay arañas que comen serpientes. Y no cualquier serpiente: devoran ejemplares que son de hasta 30 veces su tamaño. Pero, ¿cómo lo hacen?
El aracnólogo Martin Nyffeler de la Universidad de Basilea y el herpetólogo estadounidense Whitfield Gibbons de la Universidad de Georgia, han analizado 319 ocurrencias de este comportamiento de alimentación inusual. Sus resultados se publican en el American Journal of Arachnology.
Según el estudio de estos dos científicos, las arañas no solo comen serpientes en Asia o en Norteamérica, como cabría pensar, sino en cualquier continente a excepción de la Antártida. Aunque hay que recalcar que la mayoría de los eventos analizados por estos expertos se dieron en Australia y Estados Unidos.
En Europa los incidentes reportados constituyen menos del 1 % del total de 319. Además, en el viejo continente se trató, informan, de serpientes pequeñas no venenosas, de la familia de las Typhlopidae, que son ciegas.
En total, son arañas de 11 familias las que pueden actuar como depredadores de las serpientes. Las más exitosas, eso sí, son las Theridiidae viudas negras, que contienen un potente veneno con una toxina que ataca directamente al sistema nervioso.
En cuanto a las serpientes que caen en las redes de las arañas, son de hasta siete familias diferentes, algunas de 10 a 30 veces el tamaño de la araña que le da caza.
“Las serpientes más grandes capturadas por arañas miden hasta un metro de largo, las más pequeñas solo unos seis centímetros. Según el análisis estadístico realizado por los dos investigadores, la longitud media de las serpientes capturadas fue de 26 centímetros. La mayoría de las serpientes capturadas eran animales muy jóvenes recién nacidos. El hecho de que algunas arañas sean capaces de someter a presas de gran tamaño se debe a sus neurotoxinas altamente potentes y sus redes fuertes y resistentes”, informan los investigadores en un comunicado de la Universidad de Basilea.
Estas que poseen neurotoxinas, como imaginarás, también podrían matar a un humano. El veneno actúa de manera similar en el sistema nervioso de estos reptiles que en el de las personas. “Se necesita mucha más investigación para descubrir qué componentes de los venenos que se dirigen específicamente al sistema nervioso de los vertebrados son responsables de permitir que las arañas paralicen y maten serpientes mucho más grandes con una mordedura venenosa”, puntualiza Martin Nyffeler.
“Las serpientes capturadas son cualquier cosa menos indefensas: alrededor del 30 por ciento son venenosas. En los Estados Unidos y América del Sur, las arañas a veces matan serpientes de cascabel y serpientes coralinas altamente venenosas. En Australia, las serpientes marrones, que pertenecen a la misma familia que las cobras, a menudo son presa de las arañas redback (viudas negras australianas)”, concluyen los científicos.