La Antártida pierde hielo a pasos agigantados. Según un nuevo análisis, el calentamiento de los océanos está provocando que los glaciares se deslicen hacia el mar más rápidamente, de modo que ahora el hielo se pierde cinco veces más rápido que en los años noventa. La capa de hielo de la Antártida Occidental se mantuvo estable hasta 1992, pero desde entonces se ha desvanecido hasta un cuarto de su extensión, y el hielo ha cedido hasta 100 metros de espesor en las zonas más afectadas.
La investigación, publicada en la revista ‘Geophysical Research Letters’ y recogida por ‘The Guardian’, comparó las mediciones tomadas por satélites situados a 800 metros de altura de la capa de hielo de la Antártida desde 1992 hasta 2017 y las cotejó con la información meteorológica para determinar qué cambios han tenido que ver con el cambio climático. “El adelgazamiento se ha extendido hacia el interior de manera progresiva en los últimos 25 años, lo que es bastante rápido en términos glaciológicos”, explica el profesor Andy Shepherd, director principal del estudio. “La velocidad de perder hielo solía establecerse en escalas de tiempo geológicas, pero ahora ha sido reemplazada por las humanas”, agrega.
Los investigadores ya sabían que se estaba perdiendo hielo en la Antártida Occidental, pero este nuevo estudio señala dónde está ocurriendo y con qué rapidez. El profesor Shepherd subraya que hay un tramo enorme de 3.000 kilómetros en los que el agua que hay frente a los glaciares “es demasiado caliente”, por lo que su parte inferior se derrite. Eso provoca que golpee contra el fondo marino y se produzca una fusión que hace que los glaciares se deslicen más rápidamente y al mismo tiempo sigan adelgazando.
El total deshielo de la Antártida Occidental haría subir los niveles del mar a unos cinco metros, destruyendo las ciudades costeras de todo el mundo. Y todo apunta hacia esa dirección, ya que los investigadores llevan tiempo advirtiendo de que la pérdida de hielo se duplica cada diez años.
Las conclusiones de este estudio pueden permitir hacer proyecciones más precisas de los aumentos del nivel del mar y ayudar a establecer los preparativos necesarios para hacer frente a estos aumentos, pero parece evidente que sin recortes en las emisiones de carbono que impulsan el calentamiento global, el deshielo continuará su imparable proceso con consecuencias catastróficas.