La temperatura en los polos de la Tierra es demasiado alta en el mes de marzo. En la Antártida, los termómetros marcan 70 grados Fahrenheit (unos 21 grados Celsius) más que el promedio en la estación Concordia, a unos 3.200 metros por encima del nivel del mar, y han llegado a marcar una anomalía de unos 40 ºC. También el Ártico está más caliente de lo normal para estas fechas, lo cual tendrá un impacto importante sobre el hielo marino. Los expertos hablan de una ola de calor sin precedentes.
“Desde hoy (18 de marzo) se ha reescrito la climatología antártica”, decía en Twitter el experto en climatología antártica Stefano Di Battista. Por esta época del año, las temperaturas en la Antártida oriental suelen tender a bajar a medida que el hemisferio sur se adentra en el otoño y se acerca al solsticio de invierno, con días cada vez más cortos.
El hielo marino antártico alcanzó recientemente su mínimo de finales de verano, informó el Centro de Datos Nacional sobre Nieve y Hielo (NSIDC, por sus siglas en inglés), cayendo por debajo de todas las extensiones mínimas de hielo anteriores en el registro satelital.
Por primera vez desde que comenzó el registro satelital en 1979, la extensión cayó por debajo de los 2 millones de kilómetros cuadrados, alcanzando una extensión mínima de 1,92 millones de km2 el 25 de febrero.
Hacia finales de febrero, la extensión del hielo caía un promedio de 15.000 km2 por día a medida que las temperaturas empezaron a ascender por los vientos del noroeste, que producen lo que se conoce como “efecto foehn”, que hace que se calienten y sequen en las pendientes de sotavento, conduciendo a un derretimiento extenso, explica una publicación del NSIDC.
“Nunca había visto algo así en la Antártida”, dice el científico de la Universidad de Colorado Ted Scambos, que trabaja en el continente austral. La base de investigación Vostok, a más altitud incluso que Concordia, también está registrando temperaturas muy anómalas, y en la estación de Terra Nova, en la costa, hace en torno a 7 grados, muy encima del umbral de congelación.
Como consecuencia, gran parte de la costa antártica todavía está libre de hielo y el hielo marino permanece muy por debajo del promedio en el este del mar de Ross, el oeste del mar de Bellingshausen y el noroeste del mar de Weddell, cuando el hielo debería de estarse reponiendo a medida que se acerca el invierno austral.
"La ola de calor habría sido causada por dos fenómenos atmosféricos separados: primero, el aire caliente y húmedo fluyó sobre el área", informa la compañía de radiodifusión pública de Finlandia, Yle. En segundo lugar, "una alta presión conocida como cúpula de calor habría impedido que el aire caliente escapara". Este es el mismo fenómeno que causó la ola de calor mortal en el oeste de los Estados Unidos y Canadá el verano pasado, donde la temperatura ascendió a los 50 ºC en la Columbia Británica y causó una oleada histórica de incendios.
En el polo opuesto, en el Ártico, las temperaturas en febrero 2022 han llegado a ser hasta 8 grados más altas de lo normal (por encima del promedio 1091-2010). Esto ha tenido consecuencias en la extensión del hielo marino, que registró 690.000 km2 menos de hielo de lo habitual.
En los últimos 44 años, la extensión del hielo marino en el mes de febrero ha perdido 42.500 km2 cada año, lo que equivale a un 2,8 por ciento por década en relación con el promedio de 1981 a 2010.