14 años después de dejar las aulas donde soñó con ser científica, Ana González ha vuelto a pisarlas convertida en investigadora y Doctora en química. Ha regresado con una ilusión: "Intentar inspirar a las nuevas generaciones".
En el que fuera su colegio, el SAFA de Alcalá la Real (Jaén), esperaban su visita un puñado de estudiantes de 3º y 4º de Secundaria, a los que ha hecho llegar un mensaje sencillo: "Que una científica es una persona normal, como otra cualquiera. He intentado que se olviden del estereotipo de alguien despeinado, al que le ha explotado algo", dice divertida. "Quería demostrarles que la ciencia sirve para algo, y que está hecha por mujeres también".
Ana (31 años), trabaja en la Universidad de Granada, en el Departamento de Química Inorgánica. Allí, con su grupo de investigación, Bionanomet, intenta crear materiales que están inspirados en la naturaleza para tratar enfermedades infecciosas sin necesidad de antibióticos. "Las bacterias se están haciendo resistentes a los antibióticos y la infecciones son muy difíciles de curar, por eso estamos experimentando con materiales que incorporan probióticos, para curar infecciones con bacterias buenas", explica con las palabras más sencillas que encuentra.
El equipo en el que trabaja está formado mayoritariamente por mujeres, "aunque el jefe es un hombre", reconoce. "Esa es una de las cosas que hay que cambiar. Es necesario que haya más mujeres al frente de grupos de investigación".
"Es una de las primeras cosas que he querido comentar en la charla con los alumnos, que aunque cada vez son más las mujeres que estudian una carrera científica, al final son muy pocas las que lideran proyectos", apunta.
El famoso techo de cristal, esa barrera invisible, muy difícil de sobrepasar, que dificulta que las mujeres, a pesar de tener la misma cualificación y méritos que sus compañeros, accedan a los altos puestos de poder en sus profesiones.
"Es cierto que ser madre y científica (como es mi caso) es complicado. La conciliación es muy difícil. Además, una vez que somos doctoras, las oportunidades que se nos abren son más fuera de España que aquí, y cuando tienes hijos, te piensas mucho el irte un año o dos fuera. Las cargas familiares pesan y te acaban frenando", lamenta.
Reconoce que de todas las actividades que se plantean para celebrar este Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la que más le gusta es asistir a colegios, porque para ella "divulgar es también hacer ciencia".
"Lo importante es que intentemos motivar y que en días como hoy se de voz a la mujer y se vea que podemos llegar a ser igual que el hombre en todos los campos".
"Es fundamental visibilizar en las aulas el papel de la mujer en la ciencia porque en los colegios es donde están las futuras científicas, si les mostramos referentes es más fácil que opten por una carrera considerada hasta hace poco de hombres", añade.
En su encuentro con los alumnos, cuenta Ana González, se ha sorprendido para bien. "Al preguntarles qué científicos conocían han salido los típicos, Newton, Einstein...nombres de hombres, pero se ha colado también el de Marie Curie, y el de alguna otra mujer, como Rosalind Franklin -la descubridora desconocida del ADN-". "Ha sido precisamente una chica quien la ha mencionado y eso me ha dado pie para hablarles de otras mujeres científicas, también españolas, del pasado y del presente".
"Hay que hacerles ver a las generaciones futuras de científicas lo maravillosa que es la ciencia, y como te decía al principio, tienen que saber que no somos ratas de laboratorio, que además de investigar viajamos, interactuamos con otros científicos, hacemos actividades de divulgación, presentamos nuestros resultados en congresos... que es una profesión apasionante y divertida", asegura la química Ana Gónzalez.
Ha titulado su charla De SAFA al laboratorio de investigación. "Para contar mi experiencia desde el colegio hasta donde ahora estoy. Para decirles a todos, chicos y chicas, pero especialmente a ellas, que yo estuve sentada en su mismo pupitre y que años después soy científica".
"Ojalá haya salido una vocación científica de esta jornada, se habrá dado un pasito más hacia la igualdad", termina.