Los océanos aumentan su caudal y lo hacen cada vez más rápido. Los análisis de los datos aportados el siglo pasado por los mareógrafos y los proporcionados por los satélites desde principios de los años 90 constatan ese crecimiento. "A lo largo del siglo XX lo que se sabe es que se perdió muchísimo hielo de los glaciares continentales, esa agua llegó al océano y eso hizo que aumentara", nos comenta Marta Marcos, profesora en el departamento de Física de la UIB e investigadora del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea).
"Sin embargo, en las dos últimas décadas, la principal contribución del hielo llega desde Groenlandia, no tanto de la Antártida. Más o menos, un tercio del aumento se debe a la expansión por el calentamiento del agua y los otros dos tercios pertenecen al deshielo de Groenlandia”, puntualiza.
10. Delta del Ebro, zona de alto riesgo
Marcos corrobora que toda la costa española se verá afectada por este incremento del nivel de las aguas, aunque señala que las ciudades estarán mejor preparadas estructuralmente para afrontar sus consecuencias.
No obstante, hace hincapié en la situación que vivirán otras zonas, como las marismas, las albuferas o los deltas, como en el caso del Ebro, altamente amenazado. "Son espacios que probablemente queden permanentemente sumergidos porque con muy poco que aumente el nivel del mar, desaparecerán", añadió.
9. Barcelona y la costa catalana, bajo el nivel del mar
Según un mapamundi dinámico publicado en 2017 por científicos de Climate Central, Barcelona estaría entre las ciudades que mayor impacto sufriría por este acrecentamiento marino. Es más, los mapas comparativos muestran que la Ciudad Condal quedaría por debajo del nivel del mar.
Dos años antes, las proyecciones elaboradas por el grupo de expertos en cambio climático de la ONU (IPCC) advertían que gran parte de las playas del litoral catalán perderían parte de su anchura, en algunos casos hasta 80 metros.
8. Bahías y pantanos de las pitiusas, en peligro
Los informes más optimistas hablan de un incremento del nivel de mar en 20 centímetros para 2100, pero los más pesimistas auguran un metro en esa misma fecha. Esas cifras serían nefastas también para nuestras islas. Las playas de las Baleares se verían afectadas, sobre todo las bahías y las zonas más pantanosas, como la Albufera de Mallorca (en el norte), el humedal de Migjorn y zonas del este de la ínsula.
7. Canarias, regresión de uno a dos metros
Un estudio de WWF Adena con fecha de agosto de 2015 alertaba sobre las costas canarias edificadas como una de las más vulnerables al cambio climático. Curiosamente, la organización ecologista señaló que la línea de costa sufría una regresión de uno a dos metros y mostraron su preocupación por lo que pueda suceder en el archipiélago, segunda región española más afectada por el aumento de las temperaturas provocado por el calentamiento global. Todas las islas se verían dañadas, pero serían los litorales al norte los más amenazados, sobre todo aquellos que estén más expuestos.
6. Cádiz, vulnerable arco atlántico
En 2015, un proyecto (Surging Seas: Sea Level Rise), elaborado por el equipo de investigadores del Climate Central de Princeton (Estados Unidos), mostró el alto riesgo al que enfrentará la ciudad de Cádiz y todo su litoral costero en los próximos 200 años. El profesor Raúl Medina, director del Grupo de Ingeniería Oceanográfica y de Costas de la Universidad de Cantabria (IH Cantabria), ya alertaba en 2007 de la enorme exposición de playas tan concurridas y conocidas como la de La Victoria, y la bahía, una de las zonas vulnerables del arco atlántico.
5. Marbella, el peligro de estar en primera línea
El informe, España: hacia un clima extremo, presentado en abril de 2014 por Greenpeace señalaba localidades como Marbella entre las muchas del litoral que se verían damnificadas por el cambio climático y la destrucción del Ártico. Un año después, se alertó sobre los 13 a 30 centímetros que ya había perdido el litoral malagueño y las consecuencias en la fauna de la subida de temperatura en el mar de Alborán. La situación en la costa no es más favorable por que el 60% de su primera línea de playa está edificada.
4. Valencia, frágil frente al Mediterráneo
La capital de la Comunidad Valenciana, junto a otras tantas ciudades costeras de todo el litoral mediterráneo, aparece entre las más vulnerables. El mapa de simulación mostraba como el mar podría alcanzar barrios interiores, como Malilla, y la Ciudad de las Artes y las Ciencias. En zonas como La Casbah, en Denia y Xátiva saben muy bien que los estragos del incremento del nivel de mar no son una entelequia. Hace un año, un fuerte temporal acabó tragándose los paseos marítimos y las barreras arquitectónicas que protegían sus casas y sus negocios.
3. San Sebastián, con el agua al cuello
El pasado mes de noviembre, la Diputación Foral de San Sebastián se ponía las pilas ante los estudios que advertían de la pérdida de un tercio de las playas de Guipúzcoa. Greenpeace incluyó a Donosti, y gran parte de la costa vasca, entre las ciudades españolas más expuestas. Los ecologistas no eran muy positivos con respecto a la costa del golfo de Vizcaya, vaticinando los efectos devastadores del Mar Cantábrico, arrasando arenales y entrando de lleno en el casco antiguo de la capital vasca.
2. Cantabria, 25 centímetros más en 2050
Hace más de una década, los responsables de Medio Ambiente cántabros tildaron de “aterradores” los resultados que el informe sobre los efectos del cambio climático encargado por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero arrojaba para su litoral. Poco después, los malos augurios para sus más de 200 kilómetros de costa fueron confirmados por el informe Cambio Climático en la Costa Española, elaborado por IH Cantabria, que pronosticaba que las inundaciones que antes sucedían cada 50 años, ocurrían más a menudo. Debido a la subida del nivel del mar serían, además, más dañinas, como constata también en este sentido Marta Marcos.
1. Galicia, aumento más significativo
Las cifras de crecimiento medio en el caso de Galicia se disparan y podrían doblar la media nacional. Íñigo J. Losada, director de investigación de IH, reconoció que si el aumento medio es de 30 centímetros, sus costas sufrirán problemas de inundación y erosión.
El estudio asegura que tanto en la cornisa gallega como en la zona norte de Canarias, el aumento será mayor porque en estas zonas se produce un incremento significativo de la altura de las olas. El retroceso de la línea de costa tendrá, además, consecuencias sociales y económicas porque los municipios costeros españoles (un 7% del territorio total) acumulan el 45 de la población nacional.