Agua roja a orillas de Filipinas: las medusas 'tomate' se hacen con la playa a falta de turistas
Es habitual, en esta época del año, que la medusa 'tomate' se bañe en las aguas del entorno de Filipinas antes de migrar a otras zonas
Normalmente, la marabunta de turistas complica que se acerquen a la orilla, este año desértica por la cuarentena
Las playas de Filipinas, y concretamente las que se encuentran en la isla de Palawan, son de las más bellas del mundo. No es de extrañar que lo normal sea verlas hasta arriba de turistas y que biólogos de todas partes viajen hasta allí para sumergirse en sus aguas. Uno de esos científicos es Sheldon Rey Boco, que hace poco se encontró con un Pacífico teñido de rojo: "Os presento una floración de medusas tomate", compartía en redes.
Esta especie se conoce técnicamente como Crambione cf. Mastigophora, de la familia de las medusas Catostylidae. No son grandes, pero sí muy llamativas. Su forma es redondeada y sus tentáculos achatados, pero sin duda lo que más destaca de ellas es su color rojo.
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En esta época del año, la temperatura de las aguas en el entorno de la paradisíaca isla de Palawan –quizá te suene por 'La casa de papel'– supera los 28ºC, con que no es de extrañar que estas pequeñas gelatinosas se dejen ver a poco que nos adentremos con una embarcación.
Quienes habitan allí lo saben, aunque es cierto que generalmente la marabunta de turistas las ahuyenta aguas adentro y no se ven tantísimas como en las imágenes que ha difundido el biólogo Sheldon Rey Boco (de la Universidad australiana de Griffith) en Twitter.
Como casi todo el resto del mundo, Filipinas se encuentra actualmente en cuarentena por la pandemia de coronavirus y no admite visitas. Esto explica que sus playas estén más desérticas que nunca. Además, si la posible picadura de las medusas no es suficiente para quitarle las ganas de un baño a alguien, la controvertida medida de matar a quienes se salten el confinamiento que ha anunciado el gobierno filipino seguramente bastaría.
Dentro de poco, las medusas tomate migrarán al otro lado de la isla, al oeste, para terminar su ruta en la Bahía de Corong-Corong.