Adolfo García Sastre – Ana Fernández Sesma, virólogos: “Probablemente el coronavirus acabe causando no covid sino un catarro"
Adolfo García Sastre: "Ómicron es más transmisible, pero parece que causa menos enfermedad"
Ana Fernández Sesma: "Es probable que mucha gente no haya tenido un refuerzo con la segunda dosis porque se dio muy cerca de la primera"
García Sastre: "Cuando podamos decir que el covid ha terminado, que el SARS-CoV-2 causa un catarro, eso ayudaría mucho psicológicamente"
Adolfo García Sastre y Ana Fernández Sesma son pareja, virólogos y residentes en Nueva York. Se conocieron estudiando Biología en la Universidad de Salamanca y emprendieron juntos una fructífera carrera investigadora en la Escuela Icahn de Medicina del complejo sanitario Monte Sinaí de Nueva York.
Adolfo ha centrado sus investigaciones en el virus de la gripe. Ana está ahora centrada en otros patógenos como el dengue. Están de paso por Madrid antes de repartirse unos días de vacaciones entre sus lugares de origen, Burgos y Béjar (Salamanca).
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La tarde que quedamos con ellos les encontramos liados con el equipamiento de un piso recién reformado, las compras navideñas, la revisión de una tesis doctoral y entrevistas sobre el virus más devastador en un siglo, el coronavirus SARS-CoV-2.
Pregunta: Adolfo, a finales de febrero de 2020 cuando esto del coronavirus era algo aún lejano, nos diste un titular en NIUS que parecía exagerado en aquel momento. “El coronavirus causará más de un millón de muertos
Adolfo García Sastre: Está claro que me he quedado corto. Sólo en Estados Unidos ha causado un millón de muertos. Por desgracia es lo que ha pasado, pero podía haber sido mucho peor sin las medidas que hemos tomado y si no tuviéramos gente vacunada en este momento.
P: Ana, la primera vez que te entrevistamosla infección. ¿Qué te ha sorprendido de la variante ómicron?
Ana Fernández Sesma: A mí me ha sorprendido que haya surgido en un sitio con poca tasa de vacunación y que se haya extendido rápidamente en países con tasa de vacunación alta. Quizá nos hemos focalizado mucho en Europa y Estados Unidos y no hemos prestado atención a otros países donde se estaba vacunando menos y seguía circulando el virus.
AGS: Las variantes no son sorprendentes. Todos esperábamos que después de delta viniera otra. Lo sorprendente de ómicron es que tiene muchos más cambios que las variantes anteriores. Alrededor de 15 mutaciones en el lugar donde se unen los anticuerpos, cuando las anteriores tenían tres o cuatro. Esos cambios no los puede hacer el virus a la vez. Aparecen de modo progresivo y no los hemos visto. Nos ha pillado por sorpresa.
Adolfo García Sastre: Ómicron se multiplica tan rápido como para que uno sea contagioso de media tres días después de haberse infectado, cuando en las variantes anteriores se necesitaban de media seis días.
Ómicron: más contagiosa, menos enfermedad
P: Ómicron fue detectada hace apenas un mes en Sudáfrica. ¿Cómo está cambiando la transmisión y la enfermedad?
AGS: Es muy diferente a las anteriores. Es más transmisible y causa más infecciones entre vacunados. Eso acelera su transmisión porque hay más propagación entre vacunados que con las variantes anteriores. Además, ómicron se multiplica tan rápido como para que uno sea contagioso de media tres días después de haberse infectado cuando en las variantes anteriores se necesitaban de media seis días. Eso también acelera la transmisión. La otra característica que vamos viendo poco a poco es que causa menos enfermedad. Más transmisible, más entre vacunados pero menos enfermedad. Esto último es bueno.
P: ¿Ómicron contagia más porque el coronavirus ha evolucionado y es más hábil a la hora de sortear nuestras defensas o porque hemos perdido la inmunidad de las vacunas o de la infección previa con el paso del tiempo?
AGS: Las dos cosas han contribuido. Ya se veía un aumento de infecciones por la variante delta en vacunados. Por eso empezaron a recomendarse las dosis de refuerzo. Con ómicron hemos visto que la capacidad neutralizante de los anticuerpos generados por vacunación baja entre 30 y 40 veces. Mucho más que con otras variantes. Con la beta bajaba alrededor de 6 veces. Eso quiere decir que le eficacia de la vacunación disminuye hasta cierto punto. Según llegan datos, vemos que la eficacia contra enfermedad grave se sigue manteniendo en un nivel muy alto, aunque algo disminuida.
Lo mejor: tres dosis espaciadas de la vacuna
P: Baja la inmunidad de los anticuerpos neutralizantes, pero eso no es todo -nos decís los científicos-. También hay que prestar atención a la inmunidad celular.
AFS: Claro, pero eso es muy difícil de medir. Los anticuerpos son más fáciles de medir que la respuesta celular. Los anticuerpos se ven en el suero. Ocurre que no hemos seguido una vacunación masiva y global como estamos siguiendo esta. Si tú te pones cualquier otra vacuna, habría que ver cuánto te duran los anticuerpos en sangre unos meses más tarde. A lo mejor eso es lo normal en cualquier vacunación, pero nunca se había medido con las dimensiones de ahora. Los humanos no estamos diseñados para tener anticuerpos contra todo circulando en sangre constantemente. Tendríamos los nódulos linfáticos constantemente inflamados.
AGS: Medirlos ayuda porque sí que existe cierta correlación entre el nivel de anticuerpos y la eficacia. Pero la razón por la que se han empezado a poner dosis de refuerzo no es sólo porque haya bajado la respuesta en anticuerpos, es porque ha aumentado el número de infecciones entre los vacunados. Es decir, la eficacia ha ido disminuyendo. Dos semanas después de la segunda dosis, la eficacia era, digamos, de un 95% frente a la enfermedad grave, pero a los seis meses ha bajado al 85%.
AFS: Que es un número muy bueno…
AGS: Y la eficacia ha disminuido todavía más contra la infección asintomática. Si antes era del 90%, después se ha quedado en alrededor del 65%. Por eso la dosis de refuerzo ayuda mucho, porque te vuelve a poner la inmunidad en niveles altos. ¿Cuántas dosis de refuerzo nos tenemos que poner? Eso no lo sabemos. ¿Por qué? Porque no sabemos cuánto dura la protección después de la dosis de refuerzo. Normalmente todas las vacunas que existen en humanos son de tres dosis. Tres dosis de vacunación tal vez sea el régimen completo de vacunación y tal vez la inmunidad dure a lo mejor cinco o seis años. No lo sabemos. Hay que seguir eso. Y también hay que seguir si el virus cambia.
Ana Fernández Sesma: Es probable que mucha gente no haya tenido un verdadero boost, un refuerzo, con la segunda dosis porque se dio muy cerca de la primera.
AFS: En todo esto ha influido también que estábamos en una situación de emergencia. Los ensayos clínicos acortaron los tiempos de inoculación de las vacunas lo máximo posible. Se vio que eran eficaces con tres o cuatro semanas de intervalo. Pero es probable que mucha gente no haya tenido un verdadero boost, un refuerzo, con la segunda dosis porque se dio muy cerca de la primera.
P: ¿Es mejor espaciarlas?
AFS: Es mejor espaciarlas. Se ha apurado al máximo por la situación en la que estábamos. Cada persona es un mundo y hay personas a las que les bajan los anticuerpos y a otras personas no.
P: Sobre el origen de ómicron, ¿qué sabemos?
AGS: No se sabe nada. La gente especula… Tiene que haber surgido poco a poco.
P: ¿Y por qué no lo hemos detectado antes?
AGS: Porque habrá surgido en sitios donde hay menos secuenciación de los virus. Lo más probable es que sea un sitio cercano a donde por primera vez se detectó. Es probable que se haya generado en África, pero eso no excluye otros lugares.
AFS: Es probable que haya surgido en otro país de África y cuando ha llegado a Sudáfrica se ha detectado allí porque es un país que hace mucha secuenciación de virus.
Las vacunas no han fallado
P: No sé si percibís cierta frustración. “¿Pero esto no se terminaba con las vacunas?” -se preguntan algunos. “¿Cómo se contagia tanto entre vacunados?”
AFS: Nunca se ha dicho que las vacunas aprobadas fueran esterilizantes y protegieran de la infección. En los ensayos clínicos se buscaba proteger contra enfermedad grave, hospitalización y muerte. Y así se midió la eficacia de las vacunas. Eso era lo importante. Proteger de la infección era un objetivo difícil de obtener. Las vacunas no han fallado, lo que ha fallado es que no se ha podido contener a nivel mundial la circulación del virus.
García Sastre: Es prácticamente imposible obtener una vacuna esterilizante, pero sí se puede conseguir una que limite o corte la transmisión
P: ¿Encontraremos una vacuna que corte de raíz el contagio, una vacuna esterilizante?
AGS: Hay varias en investigación. Es un tema debatible. Yo creo que es prácticamente imposible obtener una vacuna esterilizante. Inmunidad esterilizante es difícil, inmunidad esterilizante duradera es incluso más difícil de conseguir. Lo que sí se puede obtener, y se llegaría al mismo resultado, es una vacuna que elimine la transmisión. Me explico: te puedes infectar, pero la infección es tan limitada que el virus no se puede transmitir o se limita mucho su trasmisión. Si ese tipo de vacunas se pueden hacer y está todo o la mayor parte del mundo vacunado, la transmisión no podría seguir porque el virus se extinguiría. Eso creo que en teoría se puede lograr. No es inmunidad esterilizante, pero rompe la transmisión. La disminuye lo suficiente para que cada vez haya menos infectados. Eso es lo que ha ocurrido con las vacunas como la de viruela. No es esterilizante, pero disminuye la transmisión del virus de la viruela como para que al final el virus se haya erradicado.
AFS: Puede haber vacunas muy potentes pero con unos efectos secundarios que ahora no aprobarían las autoridades sanitarias. Se podrían diseñar vacunas tan potentes que generan una inmunidad muy fuerte. La vacunación es una imitación a la infección sin sus efectos colaterales. Hay que jugar en esa línea. Evitar los efectos colaterales, pero que sea suficientemente fuerte como para despertar el sistema inmune.
P. Estamos con la tercera dosis, Israel anuncia la cuarta. ¿Nos tendremos que vacunar cada año contra las nuevas variantes del coronavirus?
AGS: Todavía es temprano para saber cómo funciona la inmunidad después de la dosis de refuerzo. No tiene por qué ser igual que con dos dosis que, además, se han administrado de un modo que no es el óptimo. Como dice Ana, para generar mejor inmunidad, las dosis tienen que estar más separadas.
AFS: El problema es que si están más separadas tardas más tiempo en generar la inmunidad que necesitas en el suficiente número de gente en medio de una pandemia.
AGS: Lo que se ha hecho ha estado bien para contener el virus, lo que pasa es que hay que dar una dosis de recuerdo para seguir conteniendo al virus. Y una vez que se dé la dosis de recuerdo, que ahora sí, está espaciada, veremos cuánto dura la inmunidad y es probable que dure más que la inmunidad con dos dosis sin espaciar.
P: Adolfo, tú estabas trabajando en una vacuna contra el coronavirus. ¿Cómo va?
AGS: Trabajamos en una vacuna basada en otro vector vírico distinto del adenovirus, es un virus de ARN de aves. Es un virus vacunal que se emplea contra la enfermedad de Newcastle en aves. El virus no causa enfermedad en mamíferos, incluidos humanos. El vector expresa la proteína S como las otras vacunas. La ventaja es que es de muy fácil producción. Es la misma tecnología que la vacuna de la enfermedad de Newcastle en pollos y la misma de las vacunas de la gripe. De este modo, se puede producir en muchos países, incluidos los que tienen sus propias fábricas de vacunas de gripe. Creo que se puede conseguir que impida la transmisión, no solo la enfermedad. Hemos hecho fase I en Vietnam, Tailandia y México. Estamos con fase I y II en Brasil. Todo mediante vacunas que se han hecho en esos propios países. Con sus recursos. Nosotros les hemos pasado una semilla vacunal. En Vietnam van a empezar la fase III. No hay efectos adversos y da lugar a una muy buena inmunidad.
Del covid-19 a un catarro
P:¿Se podrá llegar a erradicar el coronavirus SARS-CoV-2?
AFS: Yo creo que es difícil…
AGS: Está aquí para quedarse.
AFS: Pero no será la misma versión que produjo lo que produjo al principio de la pandemia. Está evolucionando de una forma natural y llegará a ser un virus que circule entre la población como el virus de la gripe, que sea socialmente aceptable, que pueda causar anualmente unas muertes o enfermedad grave en población vulnerable, pero que sea controlable.
AGS: El virus tiene un nombre distinto de la enfermedad que causa. Es una pandemia de covid-19 causada por SARS-CoV-2. Ómicron parece que no causa la misma enfermedad, que no causa covid-19, o muy pocos casos de covid-19. De tal modo, que llegará un momento en que el covid-19 ya no exista, sino que exista SARS-CoV-2 con una variante distinta que produce otra enfermedad, que la llamaremos, digamos, ‘catarro causado por SARS-CoV-2’. Eso ayudaría mucho psicológicamente. Es decir, el covid-19 ha terminado, ahora tenemos un catarro causado por SARS-CoV-2 que es distinto que el que causó la pandemia.
P: ¿Ese es su destino probable?
AGS: Sí, ese es su destino probable.
AFS: El otro día en la calle oía a unos chicos que hablaban de una amiga que era positiva, que estaba en casa, que solo tenía mocos… Es probable que este virus evolucione hacia eso porque casi todos los coronavirus que se han quedado en humanos causan catarro común. Los dos que causaban enfermedad muy grave, SARS 1 y MERS, no se han quedado en humanos. SARS 2 ha infectado muchísimo, pero puede que estemos en el punto en que se esté convirtiendo en un coronavirus adaptado a los humanos y que causa una enfermedad menor.
Convivir en paz con el virus
P: Los virólogos soléis decir que los virus buscan su lugar en nuestro organismo y establecer un equilibrio con nosotros que les permita reproducirse sin “molestar” demasiado.
AGS: Sí, los coronavirus humanos no son graves, dan lugar a un catarro normal, pero en una persona inmunocomprometida o una persona con otras patologías, pueden llevar a una enfermedad grave.
AFS: Los virus exitosos en humanos no suelen ser letales. Necesitan hacer muchas copias y transmitirse. Para eso el virus tiene que ser lo más silencioso posible en el hospedador, causar la menor enfermedad posible, porque si causan mucha enfermedad el hospedador puede morir y el virus no se transmite y se puede extinguir. Virus como el del catarro común han aprendido cómo infectar y replicarse sin causar síntomas graves.
AGS: Lo ideal para un virus respiratorio sería convertirse en un virus que te infecta y te da euforia para que salgas y abraces a todos y contagies a más gente. Ese sería el escenario ideal de un virus respiratorio. Es decir, no provocar enfermedad. Por genética, los virus no pueden llegar a hacer ese tipo de cosas, pero eso sería lo ideal.
AFS: Lo ideal para que un virus se transmita es ser lo más invisible que le sea posible. Y eso se consigue a base de adaptación.
P: ¿Y cuándo puede llegar ese momento de convivencia tolerable?
AFS: No somos adivinos, somos científicos (risas)
P: Pero ¿puede mutar indefinidamente u ómicron puede ser la última variante de preocupación del SARS-CoV-2?
AGS: Los virus están siempre mutando, pero llega un momento en que no pueden adaptarse más porque ya han tenido su límite de adaptación. Pueden seguir mutando, pero esas mutaciones no lo cambian.
AFS: En todas las variantes que han surgido, la mutación más frecuente y más beneficiosa para el virus es aquella que le ha hecho más transmisible. No hemos visto todavía ninguna variante que cause una enfermedad más letal. Eso sería lo peor. Una variante que, de repente, no afecte solo al sistema respiratorio, sino que va al cerebro y causa una encefalitis que mata a la gente en dos días, como ocurre con algunos otros virus. Eso no ha sucedido y oportunidades ha tenido. Está evolucionando de una forma esperable, mejorando el objetivo de ser más transmisible sin causar enfermedad más grave. Con ómicron, aún es pronto, pero no hemos visto que haya aparecido de repente un grupo de enfermos gravísimos en Sudáfrica.