Comencemos por el principio
Te resumimos la conspiración: unos aficionados a la astrología y a la numerología bíblica anunció hace unos días que el fin del mundo llegaría nada más y nada menos que 23 de septiembre, con el choque del 'planeta' Nibiru con la Tierra y la llegada del apocalipsis, pocas semanas después del eclipse solar total que se producirá el 21 de agosto y que, sin duda, "es un vaticinio" de que 'el horror' está a punto de llegar.
Nibiru, ¿el planeta que chocará con nosotros?
Nibiru no es nuevo en esto de las conspiraciones. De hecho, ha sido protagonista de muchas historias. Tal y como cuenta Socas, el origen de su popularización se remonta al año 1993. "Una señora de Wisconsin, Nancy Lieder, afirmó que unos extraterrestres la eligieron para ser su portavoz y advertir a la humanidad del apocalipsis, que ocurriría en 2003 por la colisión de un planeta oculto llamado Nibiru. Como en 2003 no pasó nada, pospusieron el asunto (al parecer fue un error de comunicación de los extraterrestres) y el apocalipsis pasó a ocurrir en 2012", explica el astrónomo.
"En fin, que es falso. Como tampoco ocurrió el fin del mundo, lo han pospuesto indefinidamente", apunta, añadiendo que "aun así, mucha gente sigue creyendo estas patrañas".
¿Y qué pinta un eclipse solar en todo esto?
Llamativa en la historia también es la mención al eclipse solar total que se verá en todo Norteamérica el 21 de agosto de este año. De nuevo, según el investigador, "no tiene mayor repercusión catastrófica ni apocalíptica", y es algo que se produce prácticamente una vez al año.
Entonces, ¿por qué son tan especiales? Porque no siempre ocurren en un mismo lugar. Sin ir más lejos, el último que vimos en España fue en 2005. "Lo más peligroso de un eclipse solar es mirarlo directamente sin protección adecuada, dado que, de lo contrario, podríamos sufrir graves quemaduras en la retina".
El peligro real del choque de un asteroide
De todo lo que plantea la conspiración de Nibiru, podríamos quedarme con la posibilidad del choque de un cuerpo celeste. "Lo que sí es un peligro real para la Tierra son los asteroides, que intentamos observar y controlar, ya que en algún momento alguno podrá chocar con nuestro planeta y producir una gran catástrofe", advierte el investigador.
Ya hay proyectos para desviarlos, como la misión DART de la NASA para construir una 'bala' anti-asteroides. Sin embargo, se trata de planes que "están aún en fases muy preliminares y con escasa financiación". ¿Hay que meterles prisa? No tan rápido: "no es un peligro inminente. Las grandes colisiones ocurren en escalas de cientos de miles de años o más".