Celia o el loro Honorato, los robots de acompañamiento españoles que cuidan de tus padres y te avisan si pasa algo
Los robots de vigilancia y compañía pueden ayudar a paliar los problemas de soledad y dependencia de los más mayores
Los expertos recelan de que estas tecnologías sustituyan al contacto humano
Varios prototipos españoles utilizan la IA para crear unos cuidadores personalizados que aprenden de los usuarios
Pedro Mariñosa vivió los últimos años de su vida con una demencia que le fue ganando la partida poco a poco. Su hijo, Pablo, le ha acompañado en el proceso, y durante mucho tiempo, consintió en que viviera solo en su casa, como su padre quería, pero para sentirse seguro instaló artilugios tecnológicos, como relojes y pizarras inteligentes, que a Pedro no le hacían gracia. Se sentía invadido y vigilado.
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Padre e hijo salían cada semana a un restaurante cercano a comer, y de camino, se paraban en una tienda de animales que tenía un loro, y hasta que el loro no decía algo, Pedro no se quería ir. Esa relación establecida entre Pedro y el loro tenía algo de terapéutico, y Pablo se dio cuenta de ello. Emprendedor vocacional y relacionado con el mundo de las tecnologías, Pablo se puso a trabajar en un robot, con forma de loro, que tuviera incorporado un sistema de inteligencia artificial para que pudiese interactuar con su padre y servir de cuidador y compañía a la vez, y así nació Honorato.
El loro
“Mi padre tenía una cuidadora por la mañana y otra por la tarde, pero no era suficiente, porque lo que quería realmente era poder conversar con alguien, recordarle las cosas importantes, o despertarle si se quedaba dormido para ver su programa favorito, Pasapalabra. No se podía estar 24 horas pendiente de él", cuenta Pablo.
"Para las personas mayores Honorato es una mascota simpática que les hace compañía, que les habla y les cuida las 24 horas, pero para los hijos es una herramienta que permite monitorizar todo lo que pasa con nuestro ser querido", explica Pablo.
El prototipo está en la última fase de desarrollo, incorpora cámaras en los ojos de 180 grados, mide la temperatura corporal y reconoce si tiene fiebre, habla y es capaz de reconocer si la persona pasa mucho tiempo en el baño y se puede haber caído. Unos sensores en la cocina, el baño y la habitación, se conectan al loro que controla todos los parámetros y avisa si hay problemas.
El desarrollo se ha realizado en el Centro Tecnológico Leitat de Barcelona con una inversión de 250.000 euros, y se espera contar con Amazon como socio tanto para el desarrollo de la IA como para la comercialización. Se prevé que en el primer semestre de 2025 ya esté a la venta.
Celia
Celia es otro ejemplo de tecnología española para el acompañamiento de mayores en sus casas. En este caso el desarrollo es del Centro de Investigación Atlanttic, dependiente de la Universidad de Vigo.
Celia en un desarrollo tecnológico que acompaña diariamente mediante conversaciones, juegos y recordatorios. Tiene integrado un sistema de IA generativa que permite realizar conversaciones basadas en los intereses del usuario, y también dispositivos de análisis de la voz y del lenguaje, que detectan anomalías y activan alertas sobre problemas neurológicos y mentales. Permite realizar análisis de la evolución de las capacidades mentales en función de los resultados de los juegos, de estimulación cognitiva y de las conversaciones. Su objetivo fundamental es proporcionar alguien que pueda conversar contigo de manera interesante evitando momentos de soledad y ocupando el tiempo de forma provechosa.
¿Son eficaces?
La soledad no deseada tiene un impacto significativo en la salud, ya que aumenta en al menos un 30% el riesgo de muertes prematuras y también se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, demencia y problemas de salud mental como la depresión.
No hay discusión sobre las ventajas de la tecnología en la prevención y vigilancia de los mayores dependientes que viven solos. Más discrepancias aparecen si hablamos de la bondad de estas tecnologías en la lucha contra la soledad, y en el acompañamiento a mayores como sustituto del contacto humano.
La revista Science Robotics ha publicado un informe elaborado por investigadores de las universidades de Auckland, Duke y Cornell en Estados Unidos que sostiene que “los robots pueden contribuir al aumento del compromiso social, la interacción y el bienestar de las personas de la tercera edad, al tiempo que reducen el estrés y la sensación de soledad”.
Controversia
Pero no todos los expertos están de acuerdo. “Los robots de acompañamiento con IA pueden ser una solución temporal para personas aisladas que carecen de otras opciones, hasta que la sociedad realmente valore la importancia de la conexión social y el cuidado de personas más mayores”, explica Isabel Rodríguez, coordinadora del Grupo de Gerotecnología de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), que señala la necesidad de abordar este aspecto con precaución, para evitar que los robots reemplacen el contacto humano.
Rodríguez argumenta que “las relaciones sociales no se limitan al contacto físico o simplemente a la compañía, ya que involucran factores como la empatía, el afecto y el intercambio de sentimientos, aspectos que, al menos por el momento, los robots no pueden proporcionar”.
Para Antonio López, catedrático de Trabajo Social en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), “cualquier tecnología que facilite una mayor comunicación puede contribuir a reducir la soledad no deseada”. Sin embargo, reconoce que los usuarios necesitarán cierta formación para interactuar de manera adecuada en un entorno tecnológico en constante evolución. López reconoce una posibilidad que podría considerarse propia de la ciencia ficción: que algunas personas “lleguen a desarrollar vínculos emocionales con robots, ya que, si bien las personas pueden proyectar sus emociones en objetos, es diferente que la máquina pueda responder de manera genuina a esas emociones”, sostiene el catedrático.
Las tecnologías en desarrollo como Honorato o Celia, ofrecen diversas funcionalidades, como juegos para la cognición, programas para promover el ejercicio, videollamadas con seres queridos y asistencia en casos de emergencia. Sin embargo, también se plantean cuestiones éticas relacionadas con la privacidad y la responsabilidad en caso de accidentes. Para Antonio López, “la tecnología plantea la necesidad de basar los modelos de inteligencia artificial y robótica en los derechos humanos”, pero a tenor de cómo están evolucionando las sociedades modernas cabría preguntarse si no hay que establecer los cuidados y la compañía como un nuevo derecho universal de los seres humanos.