A pesar de ser la primera española en trabajar en el laboratorio de la Premio Nobel de Química Jennifer Doudna y de haber sido, recientemente, la ganadora del Premio Cambridge por su tesis doctoral en la investigación contra el cáncer (y además, tocar la viola), Isabel Esaín no da su carrera por sentado. Para ella, el maravilloso momento profesional que está viviendo "es sólo el principio" de una vida que dedicará a la bioquímica y, más concretamente, a su aplicación directa en la investigación contra el cáncer. Cualquier tipo de cáncer.

A sus 26 años, y con un intachable expediente académico a la espalda, Isabel ha elaborado una hipótesis (Investigating DNA G-quadruplex structure function through genome and epigenome engineering es el título de su trabajo) con el noble objetivo de "salvar vidas", pues esta zaragozana no quería que su doctorado se quedara solo en el plano abstracto, sino que fuera una teoría de "impacto", tal y como ha revelado en una entrevista para Informativos Telecinco web.

En términos científicos, ha utilizado "una técnica llamada CRISPR para realizar ingeniería genética y epigenética para cambiar el tipo de enlace químico que se crea entre las bases de las dos hebras del ADN, promotoras de oncogenes". Es decir, que se ha centrado en el estudio del genoma humano con el objetivo de cambiar la estructura del ADN de cáncer para modificar su nivel de expresión.

Isabel comenzó estudiando si se puede almacenar información genética en las estructuras de cada gen. "El genoma puede adoptar varias estructuras. La secuencia genética está en el primer nivel, pero el cómo se dobla está en el segundo plano. Es como si yo hago un nudo y lo que quiero conocer es la información que hay debajo de ese nudo. Eso es lo que estudié", ha explicado de forma divulgativa.

Y su descubrimiento fue un auténtico eureka: "Descubrí que sí se puede cambiar la estructura del ADN en los genes de cáncer, por lo que, con la técnica del CRISPR, podríamos reprogramar las células de cáncer para que vuelvan a ser células normales. Podríamos decidir qué genes se están leyendo en cada célula y, por tanto, ordenar que no se lean esos genes que tienen errores y que pueden derivar en una enfermedad cancerígena", ha concluido.

Precisamente, la mujer que desarrolló la revolucionaria técnica CRISPR con la que se pueden "cortar y pegar trozos de material genético", es ahora su jefa. Se trata de Jennifer Doudna, ganadora del Premio Nobel de Bioquímica 2020, de quien recibió una llamada gracias a la mediación del director de su tesis, Shankar Balasubramanian, para hacerle una entrevista en persona en California. "Jennifer es mi mayor referente en el mundo y trabajar con ella es un honor para mí. Soy la primera española que trabaja en su laboratorio y, además, ella es muy buena persona", ha dicho de la mujer a la que más admira y que, con ojo clínico, la reclutó para su equipo. El de Isabel es un ejemplo más de que la ciencia y el talento de los investigadores españoles está mejor valorado (y remunerado) en el extranjero, si bien ella le hubiera dicho que sí a Doudna tuviera la nacionalidad que tuviera.

En la California, ambas trabajaran en esta línea de investigación contra el cáncer, con la esperanza de que, algún día, se consiga encontrar una cura efectiva: "Creo que encontraremos la cura a través del esfuerzo colectivo, internacional e interdisciplinar y más allá de los intereses de las entidades privadas. Los científicos conseguiremos acorralar al cáncer, mucho más ahora que por fin el mundo se ha dado cuenta de lo importante que es la investigación en este campo", ha dicho con pasión esta investigadora, cuyo currículum demuestra lo importante que es para un alumno curioso ser inspirado por un buen profesor.

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