A lo largo de este 2024, se han lanzado multitud de gadgets tecnológicos, muchos de ellos aprovechando el tirón de la IA generativa. Sin embargo, no todos han tenido la acogida esperada en el mercado. Quizá se hayan adelantado a su tiempo, pronosticando un futuro demasiado inmersivo o, al contrario, la desaparición de las pantallas. O puede que en realidad no cumplan del todo con lo que prometen. Analizamos algunos de ellos y por qué no han tenido gran aceptación entre el público.
Algunos expertos afirman que, en el futuro, las pantallas táctiles desaparecerán tal y como las conocemos. La voz será suficiente para gestionarlo todo: desde la compra de vuelos hasta las comunicaciones con nuestros amigos.
De esta idea revolucionaria nació el AI Pin, un dispositivo que, colocado en el jersey, funciona como un teléfono inteligente comandado por órdenes de voz y gestos. Además, proyecta en la palma de la mano aquello que no se puede explicar a viva voz. Sin embargo, recibió malas críticas por su funcionamiento, y los usuarios se lanzaron a devolverlo.
El tiempo de espera de las respuestas y la baja autonomía de la batería generaron malestar entre los ‘early adopters’, lo que podría ser la causa de la mala adopción del producto.
Después de este contratiempo, la empresa está buscando un comprador, según explicó The Verge. Ahora, la misma compañía está trabajando para salvar como mínimo su sistema operativo propio, CosmOS, que podrían vender para su integración en otros productos.
Otro producto que no ha tenido éxito este 2024 ha sido el Rabbit R1. La idea era ofrecer un gadget específico para controlar diferentes servicios de IA. Su aspecto retro –con un característico color anaranjado– y su pequeña pantalla llamaron la atención antes de que saliera el primer ejemplar de la fábrica.
Cuando los usuarios comenzaron a usarlo, se dieron cuenta de que no solo ofrecía nada nuevo (que no pudiese llevarse a cabo en un smartphone), sino que además tenía problemas de autonomía en la batería.
Las respuestas, además, tampoco eran nada precisas y producían errores bastante evidentes. Sin embargo, la compañía ha continuado actualizando el producto, con funcionalidades como el ‘teach mode’, que permite crear agentes de IA para automatizar acciones en webs. ¿Será el 2025 el año del Rabbit?
Las imágenes de los usuarios usándolas dieron la vuelta al mundo en las redes sociales. Las gafas de realidad mixta de Apple, en cambio, se han convertido en una de las apuestas más controvertidas de la compañía. Su precio es prohibitivo –3.500 dólares– y la compañía todavía no las vende en todo el mundo (España se ha quedado fuera, por ejemplo).
Aunque el concepto era revolucionario, la falta de aplicaciones y contenido creado específicamente para las Vision Pro ha lastrado su adopción. Además, algunos usuarios se quejan de su peso –unos 600 gramos– y también de que sienten dolor de cabeza y mareos cuando las usan.
Apple lanzó su propio formato de vídeo –Apple Immersive Video– para intentar asegurar contenido audiovisual para sus gafas. Sin embargo, su adopción podría ser lenta y dependerá, seguramente, del éxito del dispositivo.
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