Tras un parón de dos años, el cohete europeo Vega C vuelve hoy al espacio para poner en órbita un nuevo satélite 'Sentinel 1'. Este forma parte de la familia 'Copernicus', el programa de la Unión Europea destinado a la observación de la Tierra.
El lanzamiento se realizará desde el puerto espacial europeo de Kurú (Guayana Francesa) a las 18.20 hora local (21.20 GMT), después de que la semana se retrasara 24 horas, del día 3 al 4, para hacer verificaciones suplementarias. Actualmente, todo está listo para el despegue.
En un encuentro virtual con la prensa, el jefe de programas de vuelo de la Agencia Espacial Europea (ESA), Stefano Bianchi, quien recordó que Vega C es, junto con Ariane 6, "los pilares del acceso independiente de Europa al espacio".
Durante dos años, Vega C ha estado en tierra tras el fracaso de su primera misión comercial. Se perdieron dos satélites que transportaba, debido a un fallo en la tobera del motor Zefiro-40 de la segunda etapa del cohete.
Posteriormente, el lanzador se sometió a los cambios y las mejoras necesarias. Este trabajo lo realizaron el consorcio espacial europeo 'Arianespace' y la italiana Avio para hacer un lanzador "más robusto", según afirmó Bianchi.
Tras el lanzamiento, Sentinel-1C orbitará a 693 kilómetros, en el lugar dejado por su antecesor 1B. Trabajará coordinado con 1A, activo desde 2014, para devolver todo su potencial a la constelación de dos satélites.
Entre sus nuevas actualizaciones, cuenta con una antena de identificación automática (AIS). Según ha indicado el jefe de la Unidad de Observación de la Tierra de la Comisión Europea, Mauro Facchini, esto mejora el rastreo de barcos para evitar colisiones y la vigilancia del mar.
De hecho, se han implementado las lecciones aprendidas durante los años de operación con 1A Y 1B. Con una vida útil desde siete hasta 12 años, está diseñado para la reentrada cuando acabe su misión, según explicó el jefe de proyecto del programa Sentinel-1 de la ESA, Ramón Torres Cuesta.
Además, contarán con una tecnología avanzada de imágenes de radar que proporcionará fotografías terrestre día y noche en cualquier condición meteorológica, así la monitorización es constante.
Según recordó Torres, sus datos son libres y abiertos, y benefician a un gran número de servicios y aplicaciones de Copernicus en áreas como: la gestión medioambiental, la investigación sobre el cambio climático, el control de vertidos de petróleo o la detección de buques para la seguridad marítima y el control de la pesca ilegal.
Asimismo, esta misión es crucial para apoyar a la ayuda humanitaria y ofrecer una respuesta a las crisis en todo el mundo o para controlar la deformación del suelo provocada por hundimientos, terremotos y volcanes.
Los datos de Sentinel pueden ser usados para trabajar en el sistema de predicción, alerta y respuesta ante eventos extremos, dijo Facchini. Durante la DANA que golpeó el 29 de octubre el levante español, los satélites de Sentinel 1 y 2 proporcionaron datos e imágenes para Protección Civil.
"La ventaja de los Sentinel-1 es que pueden ver los cambios en el suelo incluso cuando hay nubes y fue posible ver la extensión de la inundación e informar de dónde intervenir". También se usaron durante la erupción del volcán de La Palma, por ejemplo para saber dónde estaba la población en peligro, dijo Fachhini.
Para Torres, este proyecto es "el corazón de Copernicus", un programa al que Fachhini se ha referido como "los ojos de Europa sobre la Tierra", además de ser "uno de los mejores éxitos de cooperación a nivel europeo".
La puesta en marcha de Sentinel-1C ha requerido de la colaboración de la industria aeroespacial europea, que por parte de España ha contado con Thales Alenia Space, Airbus, Sener y ARQUIMEA, informó la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (TEDAE).
Llevar a Sentinel-1C hasta su órbita en el espacio será la primera misión comercial de la nueva era de Vega C, un lanzador de 35 metros de altura y 210 toneladas de peso.
El director de Estrategia y Marketing de Arianespace, David Iranzo-Greus, dijo que en 2025 Vega tiene previstos otros cuatro lanzamientos, el primero el del satélite Biomass de la ESA.
Ariane 6, que hizo su vuelo inaugural en julio, se prevé que haga el año que viene cinco misiones, entre ellas la primera comercial, que, según Iranzo-Greus tiene "como fecha objetivo" febrero.
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