El antiguo satélite de la ESA, tras casi 30 años en órbita, ingresa en la atmósfera y cae entre Alaska y Hawái
El antiguo satélite de la ESA, tras casi 30 años en órbita, ha ingresado en la atmósfera y ha caído en el Pacífico, entre Alaska y Hawái
La ESA aprobó su primera política de mitigación de desechos espaciales en 2008, 13 años después del lanzamiento del ERS-2
La ESA había advertido en la víspera de la entrada del satélite en la atmósfera este miércoles
El satélite de teledetección ERS-2 de la ESA ha ingresado en la atmósfera este miércoles cayendo concretamente a las 17:17 horas sobre el Oceáno Pacífico Norte entre Alaska y Hawái (Estados Unidos), según ha confirmado la ESA, tal y como estaba programado.
La ESA publicó imágenes de la nave tomadas desde otros satélites el 14 de enero, el 28 de enero, el 29 de enero y el 3 de febrero, cuando el antiguo satélite todavía se encontraba a una altitud de más de 300 kilómetros. Según estaba previsto, al descender de los 80 kilómetros comenzaría su desintegración.
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Las predicciones de reentrada para el satélite se centraban en el 21 de febrero a las 00:19 hora UTC, con una horquilla de +/- 25 horas. La masa del ERS-2 en el momento del lanzamiento (incluido el combustible) era de 2.516 kilogramos. Finalmente, la ESA ha confirmado el reingreso atmosférico a las 17:17 horas UTC (18.17 CET) +/- 1 minuto sobre el Océano Pacífico Norte:
El satélite de teledetección ERS-2 de la ESA cesó sus operaciones en septiembre de 2011
Lanzado sobre un cohete Ariane-4 desde el Centro Espacial Kourou en la Guayana Francesa el 21 de abril de 1995, el ERS-2 fue uno de los primeros satélites de observación de la Tierra de la ESA. ERS-2 monitoreó masas de tierra, océanos, ríos, vegetación y las regiones polares de la Tierra utilizando sensores de luz visible y ultravioleta. ERS-2 cesó sus operaciones en septiembre de 2011.
A modo de contexto, las reentradas recientes de alto perfil incluyen el satélite UARS (6,5 toneladas, en 2011) y el enorme propulsor Gran Marcha-5B que lanzó el módulo central de la Estación Espacial Tiangong de China a finales de 2022 (con un peso de 23 toneladas).
La ESA aprobó su primera política de mitigación de desechos espaciales en 2008, 13 años después del lanzamiento del ERS-2. En 2011, la ESA decidió volver a entrar pasivamente en el satélite y comenzó una serie de 66 maniobras de desorbitación para reducir su órbita de 785 kilómetros a 573 kilómetros. Con el combustible agotado y las baterías agotadas, ERS-2 está sucumbiendo ahora a la creciente resistencia de la atmósfera terrestre a medida que nos acercamos al pico del ciclo solar actual.
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