Frustrado el nuevo intento de alunizaje Estadounidense. La misión Peregrine, equipada con instrumentos de la NASA, terminó volviendo de forma segura a la atmósfera, reingresando sobre el océano pacífico. Esta era la primera misión privada a la superficie lunar de Estados Unidos desde el programa Apolo, hace más de 50 años.
La nave, que fue lanzada el pasado 8 de enero, se perdió siete horas después de su lanzamiento. La empresa estadounidense Astrobotic, encargada de la misión, comunicó en su momento, que lo que que sucedió fue que, debido a una anomalía, no se ha pudo orientar la nave hacia el sol para alimentarse de su energía y se perdió por completo el control del cohete Vulcan Centaur. A pesar de los esfuerzos realizados por los científicos de Astrobotic, la nave se quedó sin energía suficiente para aterrizar en la Luna.
La misión Peregrine fue pionera en el ambicioso programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS) de la NASA, que tiene como meta acelerar la ciencia lunar mediante la colocación de experimentos de la agencia en módulos de aterrizaje y naves espaciales comerciales. Según informa la agencia EFE, la próxima misión del programa ya está prevista para febrero, cuando Intuitive Machines, lance su módulo de aterrizaje Nova-C en un cohete SpaceX Falcon 9.
Debido a la falta de combustible que impidió a Peregrine alcanzar su destino, la NASA recomendó "dejar que la nave espacial se queme durante su reingreso a la atmósfera terrestre". La nave quedó posicionada para un reingreso seguro a la Tierra, sobre un área remota del océano pacífico, al norte de Nueva Zelanda, para evitar la mayor cantidad de daños en el caso que algún resto de la nave llegara a la superficie.
Como estaba previsto, la compañía Astrobotic, perdió telemetría con la nave espacial Peregrine a las 18.50 UTC del 18 de enero. Esto indica que la nave completó su reingreso controlado sobre aguas abiertas en el Pacífico Sur a las 21.04 UTC.
Un vídeo de la nave reingresando a la atmósfera terrestre sobre Australia el viernes por la mañana mostró cómo encendía sus propulsores mientras descendía. Citada por la Australian Broadcasting Corporation (ABC), la Agencia Espacial Australiana dijo en un comunicado que monitoreó el reingreso con sus socios internacionales "para evaluar el riesgo para Australia" y "para garantizar que el reingreso se gestionó de manera segura y efectiva, sin amenaza para las personas o la propiedad".
Peregrine, de 1,9 metros de alto y 2,5 metros de ancho, tenía como objetivo quedarse fija en la superficie lunar para poner en marcha una serie de aparatos científicos para estudiar la atmósfera lunar, la composición del suelo y la radioactividad que afecta al satélite. Además, también transportaba cinco 'rovers' autónomos en miniatura procedentes de México, en lo que habría sido la primera misión lunar de este país, y un pequeño vehículo explorador diseñado por estudiantes de la Universidad Carnegie Mellon.
Como curiosidad, la nave llevaba una especie de cápsula del tiempo con mensajes de niños de todo el mundo, un manual de la creatividad humana con obras de arte, libros y música y hasta un 'bitcoin lunar' ideado por una empresa de criptomonedas. Además portaba las cenizas del autor de ciencia ficción, Arthur C. Clarke, y del creador de Star Trek , Gene Roddenberr, e incluso las del presidente J.F. Kennedy, como parte del proyecto de las empresas Celestis y Elysium Space, que esperan crear un negocio para "enviar restos de seres queridos al espacio".
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