Las posibilidades de que se produzca un tsunami en los próximos 30 años en el mar Mediterráneo, con olas de enorme envergadura y consecuencias que pueden llegar a ser "catastróficas", son "muy altas", según estima la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Otra zona del planeta en peligro es el Ártico.
El secretario de la Comisión Oceanográfica (COI) de Unesco, Vladimir Ryabinin, durante una conferencia de prensa sobre el sistema mundial de alerta contra maremotos, 'Tsunami Ready', celebrada el pasado verano en Lisboa (Portugal), explicó que "no hay un 100% de probabilidades de que suceda" pero instó a "estar preparados para ello".
En la misma línea de lo anunciado por Ryabinin, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) reforzó dicha teoría con un estudio publicado en la revista 'Scientific Reports'.
Confirmando el "riesgo real" de un fenómeno de este tipo, detalló que la falla de Averroes, en el mar de Alborán (la parte más occidental del Mediterráneo), reveló un nuevo proceso de formación de tsunamis, así como la magnitud que podría alcanzar la inundación.
En la actualidad hay 40 zonas costeras de 21 países que cuentan con el reconocimiento de la Unesco de estar preparadas para sufrir un tsunami. El único municipio de nuestro país que entra en el programa europeo 'Tsunami Ready' es Chipiona, en la provincia de Cádiz, donde el año pasado se llevó a cabo un simulacro.
Por otra parte, Huelva, que ha sido declarada como "zona de alto riesgo", no forma parte del reconocimiento de la Unesco como "área segura". La capital onubense es la primera ciudad en nuestro país con señales de evacuación.
"Las olas gigantes pueden representar una amenaza para las poblaciones costeras, dañar infraestructuras marinas y terrestres y provocar una crisis económica y medioambiental", subrayó el informe del CSIC, que analizó la deformación del suelo marino mediante modelos matemáticos, geológicos y geofísicos.
"La falla de Averroes presenta, en su extremo noroeste, un salto vertical de hasta 5,4 metros que habría generado un terremoto de magnitud 7. Hemos estudiado la actividad de la falla de los últimos 124.000 años y, según registros históricos, el último terremoto generado por esta fractura pudo haber sido en el año 365 de nuestra era", manifestó Ferran Estrada, investigador del CSIC.
Según indican desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en caso de un tsunami, es importante tener identificadas las zonas de evacuación accesibles y más cercanas.
Debemos alejarnos de ríos y estuarios y dirigirnos tierra adentro a la zona más elevada posible. Si el terremoto ha afectado a la zona en la que nos encontramos, hay que tener especial precaución con los cables y los objetos que puedan caer. En cuanto a los edificios, ascender al menos a una tercera planta de una edificación sólida. Como último recurso, subirse a un árbol.
Si nos encontramos en una embarcación en el mar, resulta clave navegar mar adentro hasta que la profundidad sea superior a 100 metros. Y, en caso de ser arrastrados, lo aconsejable es agarrarse a algo que flote.
El Instituto Geográfico Nacional puntualiza que un tsunami puede durar horas y que se podrá regresar a la zona cuando las autoridades así lo dispongan.
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