Avi Loeb, un físico de Harvard, asegura haber encontrado restos de una nave espacial extraterrestre
El físico teórico Abraham ‘Avi’ Loeb revela que ha encontrado restos de un objeto interestelar que podría contener elementos extraterrestres
Loeb descubre que los fragmentos del objeto "IM1" son de una aleación resistente a impactos y tienen una forma plana que sugiere un origen tecnológico
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El profesor de la Universidad de Harvard, Abraham ‘Avi’ Loeb, es un reconocido físico teórico que se dedica a la investigación sobre la vida extraterrestre. En una reciente columna en el medio de comunicación ‘El Confidencial’, Loeb reveló un nuevo hallazgo más que podría ser clave en la investigación sobre la vida fuera de nuestro planeta, después de que un exoficial de la inteligencia de los Estados Unidos afirmara haber encontrado "restos biológicos no humanos".
Se trata de los restos del IM1, el primer objeto interestelar oficialmente reconocido que impactó en la Tierra, en el Océano Pacífico. Loeb explicó que, con la ayuda de la NASA y otras instituciones internacionales, logró obtener las coordenadas de la posible ubicación del IM1 y se embarcó en una ‘expedición’ para recuperar los fragmentos de este objeto y analizar si contenían ‘elementos que no hayan sido originados en la Tierra’. Estos elementos podrían apoyar sus hipótesis sobre la existencia de vida más allá de nuestro planeta.
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Encontró restos de una aleación de acero poco común
Loeb narró en su ‘diario’ publicado en la plataforma ‘Medium’ que el lunes 19 de junio, junto con su equipo de investigadores, encontraron un metal altamente corroído en el lugar exacto donde se estrelló el IM1 en el Océano Pacífico. Al principio, pensaron que era un material común, pero luego descubrieron que los fragmentos estaban diseñados para resistir impactos fuertes.
Loeb dijo que el analizador de fluorescencia de rayos X (XRF) indicó que la aleación más probable era el acero S5 con titanio, también conocido como acero resistente a impactos. Según Loeb, este tipo de acero tiene un límite elástico muy alto, mucho mayor que el de los meteoritos de hierro. Además, Loeb afirmó que este tipo de materiales “son una fuente de esperanza” para su investigación, ya que son poco comunes y podrían abrir nuevas direcciones de estudio.
Loeb también señaló que este material encontrado es mucho más resistente que los otros 272 meteoritos registrados por el CNEOS de la NASA. Asimismo, observó que la forma de los fragmentos recuperados era casi plana, como si fueran capas superficiales desprendidas de un objeto tecnológico que experimentó tensiones materiales extremas. Loeb contrastó esta forma con la de los restos de meteoritos que generalmente quedan en forma de esferas tras su descomposición.
La teoría del profesor Loeb
Loeb sugirió que la bola de fuego del IM1 pudo haber causado la ruptura de las capas superficiales y que el núcleo del objeto pudo haber sobrevivido a la entrada en la atmósfera, como suele ocurrir con las naves espaciales.
En ese sentido, el físico ha logrado encontrar ya nada más y nada menos que 537 esférulas que, quizás, puedan dar un vuelco a la historia tal y como la conocemos hasta ahora. Loeb subrayó que “el descubrimiento de basura interestelar de nuestros vecinos cósmicos cambiaría el futuro de la humanidad”, por ello “la basura extraterrestre es nuestro oro”.
El profesor de la Universidad de Harvard aseguró que “durante los últimos diez mil millones de años, otras civilizaciones tecnológicas podrían haber ensuciado el volumen del disco de la Vía Láctea con numerosos artefactos disfuncionales. Esta basura podría haberse acumulado en el espacio interestelar como los plásticos en el océano”.
En cualquier caso, el siguiente paso del equipo de Abraham ‘Avi’ Loeb es realizar un análisis de composición que trate de revelar de dónde proceden realmente esas esférulas recuperadas del lugar en el que cayó el meteorito interestelar IM1.
¿Hemos dado con tecnología de afuera?
Para el experto, demostrar la existencia (aunque fuera ya pasada) de unos ‘vecinos cósmicos’ supondría un cambio de paradigma que “liberará nuestra mente de su frustrante enfoque de estar pegados a la Tierra” y nos haría tener una visión más amplia que cambiaría nuestras prioridades.
Loeb planteó interrogantes intrigantes: ¿significa esto que hemos recuperado fragmentos del IM1? Y si es así, ¿por qué un objeto interestelar estaría compuesto de acero a menos que fuera fabricado tecnológicamente? Junto a su equipo de trabajo, continuó investigando los restos con la esperanza de responder estas preguntas.
El científico también mencionó: "El origen tecnológico sería consistente con la forma plana de los fragmentos recuperados en las ejecuciones 6 y 7 del 18 al 19 de junio de 2023. La velocidad de IM1 fuera del sistema solar fue más alta que cualquier nave espacial hecha por humanos hasta el momento", escribió en su blog.
Para concluir su reporte, Loeb expresó: "En los próximos días sabremos más. Es posible que concluyamos que los fragmentos son todos hechos por humanos en función de los resultados del espectrómetro de rayos gamma y el análisis posterior de los datos XRF".