Un estudio reciente puede haber finalmente desentrañado un gran misterio: ¿por qué brotan diamantes de las profundidades de la Tierra? Las erupciones volcánicas que disparan estas piedras preciosas hacia el cielo, pero los científicos no sabían hasta ahora el motivo.
Las kimberlitas son magmas ricos en volátiles, ocasionalmente con contenido de diamantes, que se originan en profundidades superiores a los 150 km en el manto terrestre, por lo que es muy intrigante cómo lo hacen para acabar esparcidas por la superficie terrestre tras erupciones volcánicas.
El estudio dirigido por Tom Gernon, de la Universidad de Southampton, ha arrojado luz sobre los procesos que causan estas interesantes erupciones que disparan kimberlitas, y dónde es más probable que se encuentren depósitos ricos en diamantes.
"Hay un punto dulce en el interior de los continentes donde se forman los diamantes”, ha señalado Gernon. "La pregunta es por qué diablos se disparan desde las profundidades después de pasar potencialmente miles de millones de años sentados allí".
"Aquí mostramos que la mayoría de las erupciones volcánicas de kimberlitas ocurrieron unos 30 millones de años después de la ruptura continental", enuncia el estudio, publicado en Nature.
Es decir, los investigadores han comprobado a través de datos históricos que los diamantes emergen a la superficie millones de años después de que se separen las placas tectónicas. Esto muestra una tendencia interesante, que ofreció una vía a los autores del estudio para profundizar en el tema.
Se dieron cuenta de que, inicialmente, los diamantes brotaban cerca de los bordes de las placas, pero con el paso del tiempo lo hacían más cerca del centro de la placa.
El proceso comienza cuando las placas continentales comienzan a desgarrarse. Esta fase de “estiramiento” hace que la roca se vuelva más delgada y perturba el flujo habitual de material en el manto terrestre, la capa situada directamente debajo de la corteza.
La perturbación es tan potente que puede desprender rocas de la base de la placa continental, que están sujetas a una presión inmensa, y durante cientos de millones de años, los depósitos de carbono dentro de ellas sufren una transformación estructural. Estos procesos son los que forman los diamantes.
Se crea un efecto dominó dentro de la placa que prepara el escenario para la creación de magma, que finalmente emerge con fuerza a través de la corteza terrestre.
Las erupciones de diamantes dejan una especie de túneles en el suelo, que son la base de muchas minas de diamantes.