Adaptarse o morir: la pintura más blanca del mundo planta cara al cambio climático
Ingenieros de EE.UU. ultiman una nueva pintura blanca, mucho más reflectante que la que se usa actualmente: consigue reflejar hasta el 98% de los rayos del sol
Es uno de los numerosos inventos desarrollados en los últimos años para combatir la crisis climática y adaptarnos mejor a sus efectos
No soluciona el problema, pero facilita la adaptación a un clima cada vez más extremo, sobre todo en las ciudades
Cuando hablamos de combatir el cambio climático, el objetivo prioritario es frenar el calentamiento global, reduciendo de una vez las emisiones de gases de efecto invernadero… pero es un objetivo a medio plazo. Porque incluso aunque dejásemos de emitir CO2 ahora mismo (algo que no se plantea siquiera, porque las emisiones siguen disparadas y aumentando año tras año), la propia inercia del sistema haría que la atmósfera siguiese calentándose durante décadas.
Por eso, mientras tanto, toca adaptarse a los efectos de ese calentamiento global, que ya se sufren, localmente, en cualquier punto del planeta. Y son muchos los que llevan años desarrollando soluciones para poder adaptarnos mejor, y de paso, contribuir a frenar el calentamiento. Es el caso de Xiulin Ruan, profesor de ingeniería mecánica en la Universidad de Purdue (EE.UU.).
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Ha inventado un nuevo tipo de pintura blanca, mucho más reflectante que la que se usa actualmente. Consigue reflejar hasta el 98% de los rayos del sol lejos de la superficie terrestre. Y baja, con ello, casi 5 grados centígrados la temperatura diurna de los espacios en los que ha sido utilizada. De noche, bajan hasta 12 grados. Esto es muy importante en las ciudades. Piensen en el efecto 'isla de calor urbana', que cada vez se acentúa más a medida que aumenta el calentamiento. Inventos como este pueden ayudar a combatirlo.
Ruan presentó esta pintura en 2020, ahora está a punto de comercializarla y trabaja en mejorar su durabilidad y su resistencia. Pero no es el único invento para combatir el cambio climático. En los últimos años, han proliferado: baldosas inteligentes, pavimentos luminiscentes, enzimas comeplásticos…
El secreto de los "pueblos blancos"
El invento de Ruan recuerda bastante a algo que aquí, en España, se descubrió hace siglos: pintar las casas de blanco ayuda a refrigerarlas. Los pueblos blancos de Andalucía son buen ejemplo de ello. Tanto en Cádiz como en Málaga (y en Andalucía en general) saben bien lo que son los veranos tórridos. Y saben que se pasan mucho mejor en esas casas blancas de Frigiliana, Ronda, Arcos de la Frontera o Grazalema, por ejemplo, viviendas que repelen el calor, en vez de absorberlo.
Es lo que se llama el “efecto albedo”: la capacidad de reflexión de la radiación solar que tienen las superficies. Cuanto más blanco, es más alto, y esa superficie acumula menos calor.
Con esa idea, Ruan y su equipo idearon la pintura más blanca del mundo. De hecho, en 2021, Guinness la declaró la pintura más blanca de la historia, y desde entonces ha recibido varios premios. “No estábamos tratando de desarrollar la pintura más blanca del mundo”, explicó entonces Ruan. “Queríamos ayudar con el cambio climático, que es una crisis que empeora. Queríamos ver si era posible ayudar a ahorrar energía mientras se enfría la Tierra”.
Hasta 5 grados menos en el edificio
Las pinturas blancas normales son capaces de rebotar entre el 80% y el 90% de los rayos ultravioletas. Pero absorben del 10% al 20% del calor, lo que a su vez calienta las superficies y la temperatura ambiente. Esta pintura, en cambio, absorbe mucho menos calor solar e irradia mucho más, hasta el 98%. Con ella, muchos edificios podrían empezar a plantearse no instalar aires acondicionados, que terminan generando calor en el exterior y emitiendo gases de efecto invernadero.
Si consigue bajar el termómetro interno del edificio, hasta 5 grados de día y unos 12 de noche, se ha comprobado que disminuye la necesidad de utilizar aire acondicionado hasta un 40%. Y, además, a diferencia de los acondicionadores de aire, la pintura no necesita energía para funcionar.
Es algo que constataron estos científicos catalanes hace dos años. Comprobaron que la combinación de más tejados blancos en los edificios y más zonas verdes en las ciudades conseguía reducir la temperatura media en 1,26 grados. En su estudio, vieron una reducción de 4,73 grados durante el día (a las 15:00 horas) y de 1,88ºC durante la noche (21:00 horas). Y también mostró efectos positivos en el consumo de energía: se constató un 26% menos de gasto en aire acondicionado.
El invento de Ruan, que va en esa línea, genera ciertas preocupaciones. Por ejemplo, ¿qué pasa con toda esa luz solar que la pintura refleja y devuelve a la atmósfera? Jeremy Munday, profesor de ingeniería eléctrica e informática en la Universidad de California, asegura en el New York Times que ello apenas afectaría al espacio. El sol ya emite mil millones de veces más calor que la Tierra, explica, y esta pintura “hiperblanca” simplemente refleja el calor ya generado por el sol. “Sería como verter un vaso de agua en el océano”, asegura.
Ruan explica que el reflejo de la luz solar tampoco supone un peligro para la salud de las personas. “Las superficies con esta pintura reflejan la luz del sol de manera difusa, por lo que la energía que va en una dirección en particular no es muy fuerte”.
Pavimento luminiscente: no necesita farolas
Mientras Ruan acaba de mejorar su invento, otros científicos e ingenieros en el mundo caminan desde hace años en la misma dirección. Por ejemplo, una empresa británica ha desarrollado un pavimento luminiscente, que se ilumina en la oscuridad, sin necesidad de electricidad, utilizando sólo la energía solar.
El pavimento absorbe la energía del sol durante el día y la libera por la noche. Los conductores pueden ver la carretera sin necesidad de farolas. Es decir, el invento ahorra energía y aporta seguridad. Además, soporta las inclemencias del tiempo, es antideslizante y resistente al agua (no hay que olvidar que se ha inventado en Reino Unido).
De hecho, su primera aplicación fue en un parque de Cambridge. La instalación se llevó a cabo con asombrosa rapidez: en sólo cuatro horas, habían instalado 140 metros de vías que ahora se iluminan solas por la noche.
Baldosas que aprovechan nuestros pasos
Otro ejemplo de inventos para combatir el cambio climático son las baldosas inteligentes, que generan energía con nuestras pisadas. O mejor dicho, aprovechan la que generamos al caminar. Convierten la energía cinética en energía eléctrica. Después, el 5% de ella se utiliza para iluminar las propias baldosas, y el otro 95% puede ser utilizado o almacenado para un uso posterior. La idea inicial era acabar alimentando directamente a la red eléctrica.
Este invento, también británico, ya se utiliza en lugares muy transitados, como en el centro comercial más grande de Europa, el Westfield Stratford City, en Londres, por el que pasan (y pisan) unos 40 millones de peatones al año.
A estas alturas, son ya miles los proyectos desarrollados en todo el mundo. Y algunos se los hemos contado hace poco. ¿Recuerdan la enzima que se come el plástico?
Enzima comeplásticos
Científicos de Texas (EE.UU.) la presentaron hace un año, en la revista Nature. Se trata de una enzima que se come el polímero PET, presente en la mayoría de los envases, y de esta forma, podría eliminar, en cuestión de horas, residuos que tardan siglos degradarse.
La enzima, que aún está mejorándose para poder ser utilizada a temperatura ambiente y a gran escala, puede ser clave para acabar con las miles de toneladas de basuras plásticas que llenan nuestros vertederos, nuestros mares y nuestro planeta.
Nada de todo esto que les contamos soluciona la crisis climática que vivimos, pero nos ayuda a combatirla mejor. Porque a la vez que reducen nuestro impacto ambiental en el planeta, hacen más fácil la adaptación a un clima cada vez más extremo y complicado para el ser humano.
Lo resume bien Jeremy Munday en el NYT, cuando comenta la pintura blanca de Ruan. “Esto no es una solución a largo plazo para la crisis climática. Pero es algo que se puede hacer a corto plazo para evitar males mayores, mientras intentamos controlar la situación”.