¿Tocado o hundido? El "incierto" futuro de OceanGate Expeditions tras el desastre del Titan

  • La dirección de la compañía fundada en 2009 tomará en "las próximas semanas" una decisión sobre su viabilidad

  • Durante sus 14 años de existencia, OceanGate ha realizado más de 200 misiones en el Pacífico, el Atlántico y el Golfo de México

  • La web de la compañía todavía promociona inmersiones de aventura en los fondos submarinos de las Azores o las Bahamas

¿Puede sobrevivir OceanGate Expeditions a la "implosión catastrófica" del sumergible Titan? ¿Ha quedado tocada y hundida la empresa fundada en 2009 por Stockton Rush, uno de los cinco fallecidos?

El cofundador de la empresa, Guillermo Sohnlein, accionista minoritario, ha declarado que "en las próximas semanas" la junta directiva de OceanGate analizará "la supervivencia" de la compañía", cuyo futuro es "incierto", ha reconocido.

Al margen del impacto económico que suponga para la compañía el desastre en aguas de Terranova, el daño reputacional puede ser insalvable, magnificado además por la repercusión planetaria del incidente. Tampoco ayudará saber que la empresa "rompió algunas reglas" para desarrollar sus productos, como reconocía con orgullo el propio Rush días antes de la misión.

Forbes.com señala que cuando Sohnlein fue interpelado sobre si OceanGate asumiría la responsabilidad por negligencia tras la catástrofe del Titan, dijo que "no estaba autorizado para responder" y que ignoraba si los seguros de la compañía se harían cargo de un suceso como ese.

Sumergidos... en los juzgados

Los servicios jurídicos de la empresa han tenido que actuar en los últimos años ante varias demandas por misiones aplazadas debido a fallos técnicos o inclemencias meteorológicas, que han impedido descender hasta los restos del Titanic. Pero el escenario que se plantea tras la implosión del Titan no tiene precedentes.

Durante sus 14 años de existencia, OceanGate ha realizado más de 200 misiones en el Pacífico, el Atlántico y el Golfo de México. En 2019, recibió 19,3 millones de dólares en inversiones. Su gancho tenía fuerza: "No es necesario viajar al espacio para contemplar mundos alienígenas", publicitaban.

Sólo el año pasado, 28 personas descendieron con su maltrecho batiscafo hasta los restos del pecio más célebre.

¿Todos a bordo?

Pero a la vista del fracaso de la misión, la pregunta es si hay alguien dispuesto a vivir "la aventura de su vida" para observar pecios históricos y fondos abisales, según oferta OceanGate en su página web, que continúa activa.

Sumergirse a 3.821 metros de profundidad en las heladas aguas de Terranova para ver los restos del Titanic era su producto estrella, un viaje 8 días por 250.000 dólares (230.000 euros), calificado como una experiencia "excitante y única" para "intrépidos" que se embarcarían en el batiscafo Titan diseñado en 2018, capaz de alcanzar los 4.000 metros de profundidad. Teóricamente.

El otro sumergible de la compañía es el Cyclops 1, diseñado para descender hasta 500 metros de profundidad. Al igual que el Titan, tiene capacidad para cinco personas. Es, en realidad, la plataforma de pruebas del software, tecnología y equipamiento que posteriormente se instalará en el Titan.

Inmersiones en Azores o el cañón submarino del Hudson

En su web, todavía se promociona la expedición al pecio del Titanic, prevista para 2024. También se oferta una inmersión para contemplar las fuentes hidrotermales y montes submarinos de las islas Azores, con inscripciones abiertas para mayo de 2024, un viaje de tres días a un precio de 250.000 dólares. OceanGate asegura que podremos observar "vida con formas alienígenas" y "zonas del planeta que el ojo humano nunca ha contemplado antes".

El catálogo de la empresa incluye otras expediciones sin fechas ni precios disponibles. Entre ellas, inmersiones al pecio de otro buque legendario, el 'Andrea Doria', que se fue a pique frente a las costas de Nantucket el 25 de julio de 1956 tras chocar contra el MS Stockholm, cuando hacía la ruta entre Génova y Nueva York. El naufragio se cobró 51 vidas.

Visitar el cañón submarino del Hudson, las profundidades de las Bahamas, los montes del Océano profundo o el museo submarino de Croacia son algunos de los productos que hasta ahora ofrecía la compañía.