La NASA sigue organizando y planificando uno de sus proyectos más ambiciosos, la misión Clipper, que consiste en enviar una nave a la luna Europa de Júpiter, el planeta más grande del sistema solar, la cual podría sustentar vida en su capa helada. El lanzamiento está previsto para octubre de 2024, pero la agencia espacial estadounidense ha querido desvelar nuevos detalles de este objetivo: la sonda espacial transportará pinceladas de la humanidad.
¿Pero de qué tipo de pinceladas hablamos? La NASA ha puesto en marcha la iniciativa 'Message in a bottle', en la que cualquier ciudadano puede enviar una especie de mensaje con un poema y estampar su nombre en el espacio exterior. Los que quieran participar deben rellenar un sencillo formulario. El plazo para completar el documento se prolongará hasta el 31 de diciembre de este año.
La publicación de la NASA sobre su iniciativa:
Está previsto que la sonda Clipper llegue a Júpiter en 2030. El objetivo de la agencia espacial norteamericana es hallar indicios en la luna Europa que determinen que se dan las condiciones adecuadas para albergar vida microbiana.
A través de distintos intrumentos se recopilarán datos sobre el océano subterráneo, la corteza de hielo y la atmósfera de la Luna Europa. Y como hemos dicho, hasta allí podrán llegar los nombres y apellidos de los aficionados a la astronomía, que estarán insertados en microchips junto con el poema 'Elogio del misterio: un poema para Europa' de Ada Limón.
Este es el poema que llegará a Júpiter:
Arqueados bajo la tela nocturna teñida
de una expansividad negra, señalamos
los planetas que conocemos, fijamos
sueños apresurados a los astros. Desde la tierra,
leemos el firmamento como si fuese un libro infalible
que cubre el universo, experto y evidente.
Aún así, nuestro cielo encubre misterios;
la canción de la ballena, la ave que gorjea
su canto desde la rama de un árbol sacudido por el viento.
Somos criaturas de asombro persistente,
curiosas ante la belleza, la hoja y la flor,
ante el duelo y el placer, el sol y la sombra.
Y lo que nos une no es la oscuridad,
ni la distancia fría del espacio, sino
la ofrenda del agua, cada gota de lluvia,
cada arroyo, cada latido del pulso, cada vena.
Oh segunda luna, nosotros, también, somos
de agua, de mares vastos que invitan.
Nosotros, también, estamos hechos de maravillas, de amores
grandes y ordinarios, de mundos invisibles y diminutos.