Un satélite “muerto” que dejó de funcionar en 2018 se acerca a la Tierra. La NASA está vigilando la trayectoria de la nave espacial, conocida como Reuven Ramaty High Energy Solar Spectroscopic Imager (RHESSI), que un día sirvió para monitorizar el Sol, y alerta de que se estrellará en la atmósfera terrestre esta semana.
La nave RHESSI de la NASA fue lanzada al espacio hace casi 21 años. Desde 2002 hasta su desmantelamiento en 2018, el satélite observó erupciones solares y eyecciones de masa coronal desde la órbita terrestre baja, lo que ayudó a los científicos a comprender la física subyacente de cómo se crean tan poderosos estallidos de energía. Ahora, se trata de un instrumento “muerto” que deambula por el espacio a la espera de una reentrada en nuestro planeta.
Para nuestra suerte, RHESSI no es una nave enorme. Pesa alrededor de 270 kilogramos, lo cual nos garantiza que la mayor parte de esa masa se convertirá en cenizas y vapor durante la inmersión en la atmósfera terrestre, según han informado funcionarios de la NASA. Aunque hay una parte del satélite no se quemará del todo.
¿Qué pasará con esos restos que sobrevivan al reingreso en la atmósfera? Según la NASA, el riesgo para los humanos es bajo: hay aproximadamente 1 posibilidad en 2467 de que golpee a alguien.
El Departamento de Defensa pronostica que el satélite ingresará aproximadamente a las 9:30 p.m. EDT del miércoles 19 de abril (en la Península Ibérica serán las 3:30 de la mañana del jueves) con un margen de error de unas 16 horas. La NASA continuará monitoreando el reingreso y actualizando las predicciones.
La nave espacial se lanzó a bordo de un cohete Pegasus XL de Orbital Sciences Corporation con la misión de obtener imágenes de los electrones de alta energía que transportan una gran parte de la energía liberada en las erupciones solares. Logró esto con su único instrumento, un espectrómetro de imágenes, que registró rayos X y rayos gamma del sol.
Antes de RHESSI, no se habían tomado imágenes de rayos gamma ni imágenes de rayos X de alta energía de las erupciones solares.
Los datos de RHESSI proporcionaron pistas vitales sobre las erupciones solares y sus eyecciones de masa coronal asociadas. Estos eventos liberan la energía equivalente a miles de millones de megatones de TNT en la atmósfera solar en cuestión de minutos y pueden tener efectos en la Tierra, incluida la interrupción de los sistemas eléctricos. Comprenderlos ha demostrado ser un desafío.
Durante el mandato de su misión, RHESSI registró más de 100.000 eventos de rayos X, lo que permitió a los científicos estudiar las partículas energéticas en las erupciones solares. El generador de imágenes ayudó a los investigadores a determinar la frecuencia, la ubicación y el movimiento de las partículas, lo que les ayudó a comprender dónde se aceleraban las partículas.
A lo largo de los años, RHESSI documentó la enorme variedad en el tamaño de las erupciones solares, desde las más diminutas hasta las más masivas, decenas de miles de veces más grandes y explosivas.
RHESSI también demostró que los destellos de rayos gamma terrestres (ráfagas de rayos gamma emitidos desde lo alto de la atmósfera de la Tierra sobre tormentas eléctricas) son más comunes de lo que se pensaba.
Después de 16 años de operaciones, la NASA desmanteló RHESSI debido a dificultades de comunicación con la nave espacial.