Una nueva especie de fósil de tortuga marina acaba de ser descubierta en los Pirineos. El animal vivió hace 83 millones de años y se estima que medía 3,7 metros, lo que la convierte en la más grande encontrada nunca en Europa.
La nueva especie ha sido bautizada Leviathanochelys aenigmatica, y su hallazgo ha sido publicado en la revista Scientific Reports, en un estudio dirigido por investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, el Museo de la Conca Dellà y la Universidad Checa de Masaryk.
El nombre científico de esta nueva especie significa “la tortuga leviatán enigmática”, en referencia al Leviatán ―una bestia bíblica marina de enormes dimensiones― debido a las peculiares características esqueléticas de este animal, que dejó perplejos a los paleontólogos que la excavaron.
“La sorpresa fue mayúscula. Lo cierto es que no son habituales los restos de reptiles marinos en los Pirineos y menos de estas dimensiones”, dice en un comunicado Oscar Castillo, uno de los autores del artículo de investigación.
Los restos fósiles de este reptil, del que sólo se conoce parte de su caparazón y la pelvis, permiten estimar una longitud total de la concha de 3,7 metros de largo. Se trata de la tortuga marina más grande de Europa y la segunda del mundo, sólo superada por el género Archelon de Norteamérica, que medía hasta cuatro metros y medio de largo.
"La morfología de los fósiles también era muy curiosa, en el proceso de investigación tuvimos claro que se trataba de una nueva especie para la ciencia", afirma el paleontólogo.
El estudio científico sugiere que Leviathanochelys es uno de los representantes más antiguos de las Chelonioidea, el grupo que incluye a todas las tortugas marinas actuales.
Más allá de sus colosales dimensiones, la nueva especie de tortuga presenta unas protuberancias en la parte anterior de la pelvis nunca vistas en ninguna otra tortuga, ni terrestre ni marina. El equipo de investigación cree que estas proyecciones óseas, ligadas a la musculatura que controlaba la contracción del vientre del animal, habrían podido participar en funciones relacionadas con el sistema respiratorio de Leviathanochelys.
Las características anatómicas de esta nueva especie sugieren que tenía un estilo de vida pelágico y era capaz de alcanzar grandes profundidades.
El descubrimiento de los restos fósiles tiene su historia. Los encontró un excursionista cerca de Cal Torrades, en el municipio de Coll de Nargó (Alt Urgell), y acabaron en el Museo de la Conca Dellà para ser estudiados.
El registro fósil de los Pirineos es conocido mundialmente por los numerosos restos de dinosaurios que se han excavado y que ha permitido describir nuevas especies para la ciencia. En los últimos años se han descrito tres especies únicas de estos animales en esta región, como son el gigantesco Abditosaurus, un titanosaurio de más de 15 metros de largo, el diminuto y escurridizo carnívoro Tamarro y el hadrosaurio primitivo Fylax.
Estas especies son algunos de los últimos representantes de dinosaurios que vivieron en Europa hace unos 70 millones de años, poco antes de que se extinguieran por todo el mundo.
Durante el Mesozoico, el Pirineo todavía no se habían levantado y el mar bañaba las llanuras costeras. Ríos, lagos y playas eran el paisaje de muchas zonas del Berguedà, el Alt Urgell, el Pallars Jussà y la Noguera. Aunque los dinosaurios son las especies más representativas de este ecosistema, ocasionalmente también se encuentran restos de animales marinos.