Un día en la Tierra dura 24 horas, pero esto no siempre ha sido así. Un estudio en rocas ha determinado que hace 2.460 millones de años, un día tenía solo 17 horas, algo que se explica por la rotación de nuestro planeta en torno a su eje.
A un ritmo lento, la Luna se aleja de la Tierra y la Tierra gira más lentamente alrededor de su eje. Para decir algo sobre estos cambios en el pasado distante, los geólogos usan información almacenada en rocas y fósiles. Pero cuanto más retroceden en el tiempo, más difícil se vuelve recuperar esta información.
Un equipo internacional de científicos de la tierra ahora ha logrado determinar con precisión la distancia a la Luna hace 2.460 millones de años, utilizando los llamados ciclos de Milankovitch. Esto es más de mil millones de años atrás en el tiempo de lo que era posible anteriormente.
En su estudio, el equipo de científicos afiliados a la Universidad de Utrecht, la Universidad de Ginebra y la Universidad de Quebec en Montreal observaron un tipo muy antiguo de rocas sedimentarias en Australia Occidental, que se conocen como "formaciones de bandas de hierro". En estos depósitos, encontraron un patrón regular de capas ricas en hierro que se alternaban con capas que contenían más arcilla.
Según los investigadores, este patrón característico está relacionado con cambios periódicos en la forma de la órbita de la Tierra y la orientación de su eje de giro. Estas variaciones pasadas, a su vez, influyeron en la distribución de la radiación solar que recibía la Tierra (los ciclos de Milankovitch), y por tanto también en el clima. Y son estas fluctuaciones climáticas las que posteriormente se registraron como patrones cíclicos en el registro geológico.
Pero lo importante aquí es que este patrón de ciclo característico también cambió gradualmente con el tiempo. Este cambio más lento es la consecuencia directa de la 'evolución de las mareas' del sistema Tierra-Luna y, por lo tanto, también está relacionado con la distancia entre la Tierra y la Luna en el pasado, explica en un comunicado el científico terrestre Margriet Lantink, de la Universidad de Utrecht.
A través de un análisis detallado de los patrones de ciclo en las capas de roca, los científicos pudieron reconstruir la distancia entre la Tierra y la Luna en el momento de la deposición, hace 2460 millones de años. “Hoy, esta distancia ronda los 384.300 kilómetros. En promedio, por supuesto, porque la Luna no hace un círculo perfecto alrededor de la Tierra; su órbita es una elipse. Durante el intervalo de tiempo que estudiamos, la distancia Tierra-Luna fue mucho más corta: alrededor de 321.800 kilómetros”.
Esta distancia resulta ser consistente con un modelo mejorado para la historia del sistema Tierra-Luna publicado recientemente por astrónomos franceses. "También es importante tener en cuenta que nuestra interpretación de los patrones en los estratos de roca en términos de los ciclos de Milankovitch fue confirmada por la datación de uranio-plomo de minerales volcánicos en las muestras de roca".
Con el tiempo, la rotación de la Tierra alrededor de su eje también se ha ralentizado. Esto se sabía desde hace mucho tiempo, pero Lantink ahora ha encontrado una manera de establecer cuánto duraba un día en la Tierra primitiva: 17 horas, en lugar de las 24 actuales. Estos resultados se publican en un artículo científico en la reconocida revista PNAS.
En un estudio anterior que realizó junto con colegas de Suiza, ya demostró que el clima de la Tierra sufrió cambios regulares hace 2.500 millones de años debido a cambios periódicos en la forma de la órbita terrestre. Lantink aclara que el cambio climático actual no tiene una causa astronómica: está ocurriendo en escalas de tiempo mucho más cortas, y los humanos somos responsables de ello.