Hace apenas unos días, volvía a hablarse del cambio climático tras desprenderse un gigantesco pedazo de hielo de la Marmolada, en Las Dolomitas, por las altas temperaturas. Los glaciales amenazados suscitan nuevas preocupaciones al derrretirse y liberar potenciales patógenos para el ser humano, como siguen advirtiendo los científicos.
Así lo revelan los últimos descubrimientos de más de 900 especies de microbios, la mayoría no conocidos, en muestras de nieve y hielo de los glaciares de la meseta tibetana, algo que preocupa mucho a los patólogos por la posible propagación de enfermedades a medida que los casquetes polares se derritan a causa del calentamiento global.
El análisis de los genomas de los microbios, fruto del primer catálogo genómico dedicado al ecosistema de los glaciares, reveló que, si los microbios se liberan del hielo , algunos tienen el potencial de engendrar nuevas pandemias, según el estudio que publica la revista Nature Biotechnology.
Un equipo de científicos de la Universidad de la Academia de Ciencias de China recolectaron nieve superficial, hielo y otras muestras de 21 glaciares de la meseta tibetana –una región asiática de gran altitud situada entre la cordillera del Himalaya, al sur, y el desierto del Taklamakan, al norte– entre 2016 y 2020 y descubrieron 968 especies de bacterias, alrededor del el 82% de las cuales nunca se habían documentado antes.
Esta diversidad microbiana sorprendió a los científicos debido a los desafíos asociados con la vida dentro de los glaciares. "A pesar de las condiciones ambientales extremas, como las bajas temperaturas, los altos niveles de radiación solar, los ciclos periódicos de congelación y descongelación y la limitación de nutrientes, las superficies de los glaciares mantienen una gran diversidad de vida", subrayaron los autores del estudio.
"La superficie de los glaciares alberga una gran variedad de vida, como bacterias, algas, arqueas, hongos y otros microeucariotas. Los microorganismos han demostrado su capacidad para adaptarse a estas condiciones extremas y contribuir a procesos ecológicos vitales", agregaron.
Durante mucho tiempo los científicos creyeron que con las condiciones extremas de los glaciares era imposible la existencia de una rica diversidad de vida, pero estudios recientes han demostrado que eso está lejos de ser cierto. El año pasado, los investigadores describieron una serie de virus encontrados en el hielo de un glaciar de 15.000 años de antigüedad que no se parecían a nada que se hubiera visto antes.
"El hielo de los glaciares también puede actuar como un registro de microorganismos del pasado, con microorganismos aéreos antiguos (de más de 10.000 años) que han sido revividos con éxito. Por lo tanto, el microbioma glacial también constituye una cronología inestimable de la vida microbiana en nuestro planeta", aseguraron los científicos.
La sorprendente diversidad microbiana en el interior de los glaciares tibetanos, unida al aumento del deshielo de estos glaciales por el cambio climático, aumenta las posibilidades de que microbios potencialmente peligrosos –muy probablemente bacterias– escapen y causen estragos, según avisan los investigadores.
Los glaciares y las capas de hielo cubren alrededor del 10 % de la superficie de la Tierra y son la mayor reserva de agua dulce del planeta. Así, el temor de los investigadores es que la plétora de bacterias que se han mantenido en lo alto de la meseta tibetana durante milenios pueda encontrarse pronto en nuevos entornos tras ser arrastradas río abajo por el agua de los glaciares derretidos.
"Los microbios patógenos modernos y antiguos atrapados en el hielo podrían provocar epidemias locales e incluso pandemias [...] Estos microorganismos podrían ser portadores de nuevos factores de virulencia que harían vulnerables a las plantas, los animales y los seres humanos", dice el estudio.
"Además, los factores de virulencia pueden transferirse horizontalmente dentro de una comunidad microbiana a través de elementos genéticos móviles [...] La interacción entre los glaciares y los microorganismos modernos podría ser especialmente peligrosa, y es necesario evaluar los posibles riesgos para la salud", aseguran los investigadores chinos.