Charlie Gard: un tribunal estudia si autoriza que le den una terapia experimental
Charlie Gard, 11 meses, vive ajeno a la polémica y el interés mediático que despierta. Tiene gravemente afectado el cerebro, está en estado vegetativo, y respira con ventilación asistida en el Great Ormond Street Hospital de Londres. Padece una enfermedad muy rara conocida como sindome de depleción del ADN mitocondrial, un defecto genético que afecta a la generación de energía para las células, y causa daño en los órganos y sistemas. Solo se conocen 17 casos en el mundo.
La Corte Suprema de Londres, primero, y el tribunal de Estrasburgo después, decidieron desconectar las máquinas que mantienen con vida a Charlie y proporcionarle "una muerte digna", porque, según los médicos, no se sabe si puede estar sufriendo. Los padres del pequeño Chris Gard y Connie Yates, dicen que éso no etá demostrado. La desconexión estaba prevista para el pasao día 7, se ha pospuesto, hasta que los tribunales londinenses valoren la evidencia científica aportada por el hospial donde está ingresado Charlie, Una evidencia que el centro sanitario recibió como una carta en la que investigadores españoles del hospital Vall d'Hebron, de Barclelona, del Bambino Gesú, de Roma y de las universidades de Columbia en Estados Unidos y Cambridge en Reino Unido, exponían los resultados de su terapia experimental.
Un ensayo que prueban 19 pacientes (13 de ellos en España), con una anomalía genética, bioquímicamente parecida a la de Charlie. Según los investigadores, la terapia experimental logra traspñasar la barrera hematoencefálica, y el estado del pequeño (con el cerebro gravemtne afectado, sin movimiento alguno) pudiera mejorar. Es un posilibidad que se queda, de momento, en el laboratorio. Además dos hospitales en Italia y Estados Unidos, relacionado éste con la universidad de Columbia, se han ofrecido a acoger a Charlie para el tratamiento.
Los padres del niño cuentan con un aliado: Arturo Estopiñán, un consultor político de Miami, cuyo hijo Art, ahora con 6 años, padece un defecto genético como el de Charlie. Nos dijeron que no había cura, ni tratmaiento. Finalmente empezamos un tratmaiento experimental, que Art recibe tre veces al día, y ya puede mover algo los brazos y las piernas. Estopiñán contactó con los Gard y "juntos, como una familia", dice, luchamos porque Charlie pueda venir a Estados Unidos para tratarse. La Corte Suprema de Londres, deberá pronunciarse sobre la evidencia del tratamiento experimental, y permitir que Charlie la reciba. O ejecutar la decisión de desconectar sus máquinas.