Sergio, coleccionista de VHS: "He comprado cintas por un euro y ahora valen miles"
El salón de este vecino de Barcelona es un videoclub casero con más de mil cintas VHS
Sergio Colmenar es muy crítico con la especulación en el coleccionismo y no está dispuesto a pagar más de 55 euros por ejemplar
Todavía hay algunas piezas que se le resisten, como la primera edición de 'La noche de Halloween'
Entrar en el salón de Sergio es como adentrarse en un videoclub de los años noventa. Un paraíso para los cinéfilos más nostálgicos que se han pasado horas recorriendo los pasillos de esas tiendas repletas de cintas esperando a ser reproducidas.
Sergio Colmenar es uno de ellos. Atesora 3.000 cintas VHS que, reconoce, no le caben todas en el piso de Barcelona donde vive: "Algunas siguen en casa de mis padres porque es imposible guardarlas juntas".
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Precisamente ahí, en casa de sus padres, es donde empezó su pasión por el formato VHS. "Las primeras cintas que vi fueron las que tenía mi madre en un armario", un recuerdo en el que aparece 'Tiburón', "esa carátula me daba mucho miedo", añade. Quién lo diría, ahora que su género favorito es el terror.
A los siete años ya se paseaba por los videoclubs de su localidad en busca de películas. "En los noventa era algo habitual, cada día que íbamos era una aventura para encontrar la mejor película", recuerda Colmenar con cierta nostalgia.
Ese factor nostálgico fue uno de los motivos por los que a día de hoy atesora hasta 3.000 ejemplares de un formato "socialmente obsoleto". Precisamente, es el hecho de tener algo "raro, escaso, único y que no se va a volver a repetir" lo que le impulsa a mantener lo que él define como "una gran colección de cromos que ocupa mucho espacio".
Este amante del cine lo tiene claro, "el VHS no volverá como sí lo ha hecho el vinilo". De hecho, admite que él mismo ve las películas en digital. "Las cintas VHS tienen mala calidad de imagen y el doblaje de la época no se puede quitar"; pero lo que llama la atención a los coleccionistas no es la calidad sino el objeto coleccionable, el afiche, el diseño de las carátulas y de las cajas.
'Holocausto caníbal', la joya de la corona
A este vecino de Barcelona de 40 años todavía hay algunos títulos que se le resisten. No ha conseguido encontrar a buen precio la primera edición de La noche de Halloween. Reconoce que la encontró una vez en un rastro, pero no la compró porque tenía la carátula descolorida: "O la consigo bien o no la quiero".
Eso sí, reconoce que aunque la encontrara, no conseguiría destronar a la joya de la corona, la cinta que preside su colección. Holocausto caníbal, de los años ochenta, y firmada por el director. Una cinta "rara y bastante escasa", el ejemplar por el que más dinero ha llegado a pagar, 55 euros.
Una cifra muy baja teniendo en cuenta las cantidades que a día de hoy se están pagando por según qué piezas de coleccionismo: "Tengo cintas que ahora valen miles de euros y que yo he comprado por uno o dos euros".
Sergio es muy crítico con la especulación dentro del coleccionismo de cintas VHS. Asegura que no está dispuesto a pagar cantidades desorbitadas. Tampoco se ha planteado revender ninguna pieza de su colección, sea cual sea la oferta.
"Forma parte de la aventura", asegura Colmenar. Visitar los rastros de diferentes ciudades, adentrarse en los videoclubs que permanecen abiertos o que lamentablemente van cerrando, y "buscar aquellas cintas que te faltan entre montañas de ejemplares". Ejemplares que, posiblemente, nadie volverá a reproducir.
Colmenar sigue utilizando su equipo de reproducción para ver algunas películas. No es por nostalgia ni por amor al formato, sino porque no se han llegado a editar digitalmente. El VHS permanece como la única opción para ver algunos títulos que los amantes del cine se resisten a dejar escapar.