El infierno de Mar Guirao llega a su fin y ya puede ver la luz al final del túnel. Tras meses de lucha constante y de mucho sufrimiento, Mar recuperará su piso el próximo martes. Después de arruinarse por completo y gracias a la repercusión mediática que ha tenido su caso, el ayuntamiento de Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona) ha acordado una solución para que el 'inquiokupa', Luis Sánchez, abandone definitivamente su piso. El 'inquiokupa' ya ha firmado el contrato para vivir en un piso social.
Desde el ayuntamiento aseguran que "se ha hecho todo lo posible para priorizar este caso tan extremo", sobre todo debido al estado psicológico de Mar, y que no querían perjudicar a ninguna de las dos partes. Además, lamentan la mala suerte de ella, ya que "le ha tocado vivir en primera persona la última ley del estado sobre la interrupción de los desahucios".
Parece que la pesadilla de Mar ha acabado pero toda esta situación le ha pasado factura. La propietaria ha hecho lo imposible por recuperar su piso. Incluso ha tenido que hacer una petición a la comunidad europea para pedir ayuda y que velen por su situación. Ahora parece que lo ha conseguido pero Mar insiste en que es necesaria la reforma de la ley estatal porque considera que "impone todas las violaciones de los derechos de los ciudadanos".
Como ya avanzó NIUS, su inquilino, Luis Sánchez, dejó de pagarle el alquiler hace más de un año y ahora ella acumula una deuda de casi 11.000€. Su situación llegó al límite, ya que vive y trabaja en Huesca, es autónoma, está divorciada y tiene a su cargo una hija de 10 años. Mar, desesperada, llegó incluso a pedir donativos en la calle con un megáfono en mano y una hucha para que le ayudasen a pagar la hipoteca de su vivienda okupada.
Años atrás, otros inquilinos le destrozaron el piso y hasta ahora Luis no quería pagar el alquiler ni abandonar la vivienda. En teoría, la agencia de fincas que Mar contrató para que gestionaran el alquiler se preocupaba de cobrar todos los meses a Luis y de que no hubiera ningún problema. Sin embargo, ella se enteró de esta situación demasiado tarde, cuando su deuda empezó a ser importante. Mar ha tenido que pedir créditos para poder pagar la hipoteca de su piso y su propio alquiler en Huesca.
Luis cobra una minusvalía de 721€ porque tuvo un infarto a los 59 años. En cuanto a la sentencia firme de desahucio, la cual nunca se ha ejecutado, él argumenta que no puede hacer frente a todos los gastos que tiene y que los servicios sociales le han dicho que tiene que esperar a que le llegue la orden de desahucio para que le puedan dar una alternativa social, ya que “hubo un error en la primera”.
Finalmente, y tras la lentitud de la administración, Mar ha conseguido que le devuelvan su piso para que lo pueda vender y, así, recuperarse económicamente. No obstante, ella desea también que algún día le paguen por todos los daños causados.