Los Mossos d'Esquadra han dado a conocer todos los detalles del 'Cas Nit', una exhaustiva y minuciosa investigación llevada a cabo por la Unitat Central d'Agressions Sexuals (UCAS) del cuerpo para identificar y detener a la persona que violó brutalmente a una menor de 16 años la noche de Halloween en Igualada.
Desde que sucedieron los hechos el pasado 1 de noviembre este caso pasó a ser prioritario para los agentes. Más de un centenar de investigadores trabajaron día y noche para resolverlo y es que "no existían testimonios y la víctima no podía aportar ningún tipo de información".
Ante esta situación, los Mossos mantuvieron todas las líneas de investigación abiertas e indagaron sobre todas las hipótesis posibles. Tal y como avanzó NIUS, se investigó el entorno personal de la joven y se elaboró una reconstrucción del recorrido que hizo la chica antes de ser agredida.
Los investigadores sabían que las primeras horas y días eran cruciales para no perder ninguna evidencia y, por este motivo, realizaron un exhaustivo análisis y estudio de las imágenes de las cámaras de seguridad que se encontraban en el camino que hizo desde la salida de la discoteca hasta el lugar donde ocurrieron los hechos.
Los investigadores recopilaron imágenes de 155 cámaras para realizar un seguimiento de las personas y vehículos durante el tiempo en que se produjo la agresión y para identificar lo posible o posibles sospechosos relacionados con la agresión.
"Durante la visualización de estas imágenes se pudo identificar a un sospechoso registrado por diferentes cámaras de seguridad y se pudo definir el recorrido que este hombre hizo esa noche, el cual coincidía con el recorrido de la chica. Las cámaras registraron cómo esa persona la seguía y se iba acercando a ella pero el momento del asalto no quedó grabado por ningún sistema de videovigilancia. Posteriormente, pasado un intervalo de unos veinte minutos, el individuo volvió a aparecer registrado por las cámaras llevando una prenda colgada en el brazo que podría ser de la chica", explica el cuerpo en un comunicado.
Lo complicado fue identificar quién era ese individuo. Dio la casualidad que esa misma noche, un grupo de 11 jóvenes protagonizaron un altercado en Igualada provocando daños a un vehículo estacionado. Los agentes indagaron sobre este incidente y localizaron unas imágenes que mostraban los hechos.
Uno de los jóvenes llevaba la misma ropa que llevaba el principal investigado pero se tapaba con su capucha, por lo que no podían reconocerle. Lo que sí podía confirmarse es que era el mismo hombre que las cámaras de seguridad habían registrado en el recorrido que hizo la víctima.
A partir de ese momento, la investigación centró en ese hombre. Los agentes realizaron un estudio del grupo de jóvenes para poder identificar a la persona que aparecía en las imágenes tapada con una capucha. Por último, a partir de un trabajo minucioso y complejo, cotejando la base de datos de personas con antecedentes sexuales, los investigadores consiguieron identificarlo y averiguar su domicilio.
Con todos los indicios recogidos y ante las evidencias de que la investigación era el presunto autor de los hechos, los investigadores solicitaron a la autoridad judicial una entrada y registro en su domicilio para proceder a su detención y buscar todos los indicios posibles que le relacionaran directamente con los hechos. Los investigadores también registraron la casa de su ex pareja.
Durante la investigación, se utilizaron nuevas tecnologías forenses, que fueron cruciales para identificar al autor y hallar los restos de ADN de la víctima en una prenda del detenido que se localizó en el interior de su domicilio. Además durante el registro, los investigadores localizaron prendas que el detenido vestía durante los hechos y que se identificaron a partir del visionado de las cámaras.
Tras pasar a disposición judicial, el juzgado de instrucción número 4 de Igualada ordenó su ingreso en prisión por los delitos de agresión sexual y asesinado en grado de tentativa. El detenido tiene antecedentes por violencia sexual.
Los diferentes servicios de policía científica estuvieron dirigidos por la figura del instructor forense, un mando experto en esta especialidad que coordina las actuaciones que se realizan de las diferentes disciplinas forenses. Este mando también fue el responsable de ofrecer acompañamiento técnico a los investigadores de la UCAS a lo largo de toda la investigación en las materias estrictamente científicas, así como de ejercer la coordinación con el Instituto Nacional de Toxicología.