Cataluña planea que las guarderías enseñen educación sexual para prevenir el abuso infantil

  • Uno de cada cinco niños han sufrido algún episodio de abuso sexual infantil en la comunidad

  • Igualtat quiere que sepan que "no es normal que un adulto toque sus partes íntimas"

  • Padres y educadores lo ven difícil a tan pronta edad; psicólogos inciden en que es posible

El Govern de la Generalitat quiere que las escuelas infantiles impartan educación sexoafectiva en Cataluña. Lo ha anunciado la consellera de Igualtat i Feminismes, Tània Verge, este viernes, en una semana en la que se han producido dos violaciones en Cataluña, una en Igualada y otra en Lleida: "Es una evidencia que falta educación sexual. Comenzaremos con los niños de cero a tres años para protegerles del abuso sexual infantil", ha dicho en Els Matins de TV3.

El objetivo de este Departament de nueva creación, que echó a andar hace cinco meses para feminizar las políticas de la administración catalana, es que los más pequeños tengan conocimiento sobre su cuerpo y detecten posibles situaciones de abuso: "Esa educación para alertar de que 'mi cuerpo es mío' y de que no es normal que un adulto intente tocar mis partes íntimas".

De hecho, uno de cada cinco niños en la comunidad han sufrido abuso sexual infantil, ha compartido Verge, preocupada porque "la mayoría de las escuelas" no imparten educación sexual o lo hacen con actividades puntuales: "No se trata de saber poner un condón, sino que hay que proporcionar las herramientas para que los adolescentes puedan vivir la sexualidad desde la igualdad y el respeto".

En este sentido, los planes de la consellería de Igualtat (y que debe acordar con el titular de Educació, Josep González i Cambray) son crear un currículum educativo común para todos los centros y adaptado a cada ciclo, y que los educadores y profesores reciban una formación específica. Esto, en vez de que cada colegio e instituto decida qué y cómo enseñar.

En primaria y secundaria, los contenidos irán destinados a "romper tabús" como el de la masturbación o la menstruación; también trabajar el consentimiento e identificar relaciones tóxicas, en palabras de la también experta, que ha remarcado que hasta seis leyes del Parlament recogen la necesidad de una correcta educación sexoafectiva.

El colegio de psicólogos aplaude la iniciativa: "¿Desde cuándo? Lo antes posible"

Chus Rodríguez, del grupo de trabajo de violencia machista del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya, aplaude la iniciativa. Para ella, la educación sexoafectiva "está relacionada con la exploración de nuestro cuerpo y con el desarrollo del niño", y coincide con la consellera al lamentar la sombra de los tabús: "Es importante dejar fuera los tabús, que se lo ponen difícil a los niños, e incluir esta educación en el aprendizaje. ¿Desde cuándo? Lo antes posible".

Muchos niños viven la sexualidad como un juego y en su etapa infantil "no pueden identificar los límites o una situación de abuso", pero eso no significa que "no haya un trauma que luego tenga un impacto en su adolescencia o adultez". En este sentido, la psicóloga considera necesario romper barreras y que los pequeños se puedan sentir cómodos explicando que han vivido una situación de abuso, y que no se sientan responsables por ello.

"La vida tiene muchas esferas y la sexualidad es muy importante, dejarla fuera del proceso de desarrollo lo único que puede hacer es coartar su etapa adulta", concluye.

Padres y educadores lo ven complicado

Las presidentas de las asociaciones de madres y padres (AMPA) de las escuelas infantiles Forestier y Farinera, ambas en Barcelona, coinciden en la necesidad de fomentar este tipo de educación y prevenir los abusos, pero reciben la noticia con cierta perplejidad.

"Lo veo muy complicado, se les toca los genitales a diario para cambiarles el pañal... mi hijo de un año apenas entiende cuando le digo 'agua' o 'toma', y para que asimile algo hay que recordárselo a diario", expresa a este diario Angelicque Cortard. "Si está bien programado y enfocado...", agrega Mercè Perpinyà, que comparte las mismas dudas.

"Cuanto antes empiecen, mejor, pero de los cero a dos años, esa educación deberían recibirla los familiares, ya que ellos son muy pequeños, no sé si se darían cuenta, y muchos de los abusos los cometen personas cercanas". Para Perpinyà, madre de un niño de 20 meses, otro de cuatro años y otro de seis, lo "óptimo" sería empezar a los tres años.

Interrogantes con los que coinciden educadores infantiles que han atendido a este diario: "Los más pequeños lo entienden todo, pero el problema es que lo retengan, una capacidad que empiezan a tener a partir de los dos o tres años y no todos, sino que depende de su ritmo de desarrollo". "Tienen memoria de pez", recuerdan: "Es como con la covid, han aprendido que tienen que lavarse las manos cada día a base de repetir y repetir cada día".

Colores, dibujos o muñecos

Rodríguez, no obstante, recuerda que hay "muchas formas de enseñar que no sea la repetición". En este sentido, cree que los muñecos o los dibujos (con los que muchos niños se representan a sí mismos y a su familia), acompañados por los colores verde y rojo, pueden servir para que establezcan relaciones y aprendan qué partes del cuerpo deben ser respetadas.

Y zanja: "Aquí no hablamos de aprender hábitos, sino de conocerse a uno mismo, saber sobre nuestro cuerpo y cuándo es invadido, dónde están los limites".