Antonio, compañero en el club de tiro del vigilante abatido: "Se sentía denigrado en el trabajo"

  • El atacante ha superando cinco test psicotécnicos para renovar su licencia y es un tirador de segundo nivel, indican en el club

  • Lamentaba sufrir un trato racista de la empresa y estaba "obsesionado por el trabajo"

  • Envió un correo después de disparar a sus compañeros en el que les insultaba y les felicitaba las fiestas

El vigilante de seguridad que ha protagonizado un tiroteo en el Camp de Tarragona en el que ha herido a tres compañeros de trabajo y a un mosso d'esquadra se sentía "denigrado" en la empresa para la que trabajaba. Así se lo explicó a Antonio Arjona, compañero del club de tiro Jordi Tarragó en el que ambos están federados y a quien recurre en sus momentos de mayor debilidad.

"Decía que le trataban muy mal, como a un apestado, se sentía denigrado y cohibido. Fue a reclamar unos derechos, no le hicieron caso e hizo esto para hacerse valer y decir 'estoy aquí'", lamenta Arjona, a quien Martín Eugen Sabau, ingresado crítico, explicó que pidió una serie de compensaciones por transporte y dietas que le correspondían pero que no le concedieron. También que perdió un juicio contra la empresa, en el que podría haber recibido 15.000 euros; actualmente está de baja.

"Me llamó porque no tenía a nadie a quien llamar y fui a hablar con él unas cinco horas porque estaba muy decepcionado, cada vez que pedía algo le daban trabajos con peores condiciones, con horarios partidos y 50 kilómetros de distancia entre uno y otro", agrega el tirador. En este sentido, considera que su estado anímico empeoró todavía más después de sufrir una rotura fibrilar mientras perseguía a un ladrón.

"Intenté calmarlo un montón de veces, pero estaba obsesionado por el trabajo, la gente y su propio ego. Cuando te pisan tanto, al final te levantas y haces daño", concluye Arjona.

Envió un correo a sus compañeros tras dispararles

Finalmente, Martín Eugen Sabau llegó armado a la empresa y abrió fuego contra tres compañeros este 14 de diciembre sobre las 11.30h. En el tiroteo resultaron heridos el gerente de la empresa, que recibió dos impactos de bala en el pecho y en el estómago, y una inspectora que recibió impactos en el estómago. Mientras huía de los Mossos d'Esquadra, envió un correo a sus compañeros insultándoles y felicitándoles las fiestas irónicamente.

Asimismo, el mismo día de los hechos debía quedar con el propietario del piso en el que vivía en Alcover (y que los Mossos d'Esquadra siguen registrando la tarde de este miércoles) para devolverle las llaves, ya que se le había acabado el contrato. Pagaba 325 euros por el piso y nunca se ha retrasado en los pagos; tras encontrar otra vivienda, le envió un mensaje en el que decía "José María, mañana iré a llevarte las llaves", explica el propietario, con quien Sabau también compartió en varias ocasiones su malestar en el trabajo.

Ha renovado su licencia de armas en cinco ocasiones

El propietario nunca ha tenido "problemas" con el vigilante de seguridad, mientras que Arjona lo describe como "un currante" y un hombre con un comportamiento "normal". Con esta segunda descripción coincide el director del club de tiro, Javier Fau, que detalla que el implicado lleva unos 15 años afiliado y que ha renovado su licencia de armas en cinco ocasiones, superando un test psicotécnico cada tres años.

Acude al campo de tiro para entrenar y competir con sus compañeros. Fabrica él mismo sus balas, no es un mal tirador y conoce el funcionamiento de las armas, pero no es un experto ni un tirador de primer nivel según Fau. No obstante, Arjona cree que el vigilante tan solo quiso herir a las personas a las que disparó: "Si hubiese querido matar, lo hubiese hecho, te lo aseguro".

El autor del ataque tiene los permisos de armas D (escopetas de cartucho), E (rifles) y F (armas cortas y pistolas de calibre de 22 milímetros), por lo que tiene licencia para comprar y portar hasta seis armas, cortas y largas.

La mujer herida grave está "en shock"

shockUno de los compañeros heridos se encuentra hospitalizado en estado crítico en el Hospital Joan XXIII de Tarragona y se teme por su vida, mientras que otro está a punto de recibir el alta en el mismo hospital tras ser operado del impacto de una bala en el muslo y en el bíceps; de hecho, se interpuso entre Sabau y su compañera.

Jennifer es la hija de esta tercera herida, que se encuentra en estado menos grave en el Hospital de la Santa Tecla. Se encuentra fuera de peligro y está "muy afectada psicológicamente", según explica a Mediaset: "No para de repetir lo ocurrido, está en estado de shock

Por su parte, el agente de los Mossos d'Esquadra también herido en el dispositivo, que duró seis horas, ya ha recibido el alta.