El estudio de un fragmento de cráneo hallado en 2023 en el yacimiento del barranco de la Boella, en La Canonja, en Tarragona, ha confirmado que pertenece a un ursus deningeri de hace un millón de años, una especie extinguida de la familia del oso.
El ursus deningeri habitaba en Eurasia durante el Pleistoceno y se encuentra en la línea evolutiva del oso pardo actual, presente en el norte de la península Ibérica.
Los arqueólogos acabarán el sábado la 18ª campaña de excavación en este yacimiento, centrada este año en la Mina y la Cala 1, donde han ampliado la colección de herramientas de piedra de hace un millón de años, considerada una de las más relevantes en Europa de esta cronología.
Estas herramientas han dado lugar a dos estudios científicos que refuerzan la hipótesis de que el yacimiento del barranco de la Boella "representa una dispersión humana procedente de África, que se inició hace 1,4 millones de años aproximadamente".
Estos primeros grupos humanos llevaban "nuevas tecnologías", como la achelense, conocida popularmente como la «cultura de las hachas de mano».
Los arqueólogos han descubierto, además, nuevos restos de hipopótamos y de mamuts que habitaron en el Camp de Tarragona, así como de caballos, bisontes y ciervos.
Los restos de fauna hallados en el barranco de la Boella suelen estar en un estado de conservación muy deficiente, lo que requiere unas tareas de restauración muy lentas y delicadas.
La 18ª campaña de excavación comenzó el 8 de septiembre y está dirigida por los investigadores del IPHES-CERCA Palmira Saladié y Josep Vallverdú.
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