Vaciar pisos que han sido utilizados para la plantación de marihuana es la labor que una empresa ofrece a aquellos propietarios que han visto cómo sus inmuebles han quedado completamente destrozados, después de que los inquilinos convirtiesen la vivienda en un gran invernadero de droga.
Es el caso de unos propietarios en Barcelona, que alquilaban una casa familiar por más de 4.000 euros al mes: "Pagaban religiosamente. Llamaban la atención lo menos posible. Nadie se quejaba". Sin embargo, el gran tormento llegó cuando los Mossos d'Esquadra descubrieron las plantaciones de marihuana.
"Los dueños están días llorando. Es una casa familiar que alquilan con todas las ganas y cuando se dan cuenta está destrozada. Esto como mínimo cuesta unos 50.000 euros de reforma para volver a dejar todo como estaba. Se quedan colapsados", explica Toni Parra, uno de los trabajadores de Vaciamos, la empresa que se encarga de despejar el interior del domicilio.
Los propietarios acuden a ellos una vez los Mossos d'Esquadra han destapado el invernadero de droga. "Estamos vaciando una plantación a la semana. Los propietarios ven la casa, nos llaman y lo limpiamos todo". En una de sus últimas intervenciones, los inquilinos dejaron el inmueble destrozado.
"Están las ventanas y conductos rotos. Habitaciones que han tirado el tabique para hacerlas más grandes. Puertas rajadas por la mitad, agujeros para la ventilación y los filtros. Todo hecho un desastre. Aquí han quitado el parquet y han cambiado la instalación eléctrica", admite Toni.
Una recogida que los clientes no quieren presenciar. "Solo quieren venir cuando está reformado porque esto le quita el sueño a más de uno. Son gente mayor que tienen casas alquiladas, segundas residencias o casas familiares que no quieren vender".
Ante estos casos, la empresa se encarga de dejar atrás el calvario de los propietarios con la recogida de las plantaciones de marihuana. "Separamos las plantas, la arena, el plástico y recogemos todo para dejarlo en condiciones, para que luego hagan una reforma. El primer paso es liberar el espacio para poder trabajar y luego empezamos a sacar los muebles", detalla Rebeca Solís, trabajadora de Vaciamos.
Días de faena, donde pueden a llegar a estar una semana por cada vivienda, dependiendo del cultivo. "Necesitamos un equipo mínimo de cinco personas, dos furgonetas y trabajar ocho horas diarias como mínimo para dejar en condiciones la casa", destacan sobre una intervención que permite a los propietarios levantar cabeza tras el calvario sufrido por sus inquilinos.
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