La "antiguía turística" de una artista que 'pasea y ojea' en Barcelona: "En una postal nadie encuentra cosas malas"

Barcelona no se entiende sin turismo, una actividad que ha generado un impacto económico de 12,4 millones de euros en 2023. Este sector muestra la mejor cara de la capital catalana, pero esconde las problemáticas urbanas que la artista Clara Nubiola recoge en su libro 'Pasea y ojea', una "antiguía turística ilustrada, llena de humor y dramas urbanos".

"La intención era centrar la mirada en esta especie de mirada idealizada hiperbólica de nuestros entornos. Barcelona como la ciudad maravillosa, el lugar para visitar, pero en las fotografías de las revistas de viaje no hay nadie. Siempre está precioso, las calles silenciosas y limpias", explica la artista en una entrevista a Informativos Telecinco.

Su obra adopta un lenguaje entusiasta e idealizado de las revistas de viajes, que retuerce para evidenciar las problemáticas en una ciudad que vive en gran parte del turismo. "Este formato es ideal para generar una especie de sátira de las ciudades idealizadas. Es plantear una antimirada. Salgamos con una mirada crítica a pasear. No puede ser que lo único bonito que visitamos es el casco antiguo en las ciudades".

"Tenemos que permitirnos decir que algo es horrible"

Para Clara, el atractivo de ciudades como Barcelona va más allá de eslóganes que aparecen en revistas o en postales turísticas. "Hay mil otras cosas que hemos de mirar, a las que tenemos que prestar atención y permitirnos ser críticos y decir que es horrible y no nos gusta". Es el caso de las terrazas de hormigón, que llegaron a la capital catalana en la pandemia del coronavirus.

"Ocupan el espacio público y son horribles. Nadie las ordena para que tengan cierta coherencia con el espacio público. Puedes llegar al Eixample y plantar unos palets con bambús de plástico y parece que no pasa nada. Es una antiguía en este aspecto", destaca Clara Nubiola.

Una visión que requiere ir más allá de los famosos atractivos de cada ciudad. "Hay que salir del tópico del mapa que nos entregan en las oficinas de turismo, que casi te dicen donde tienes que ir y el resto no hace falta que lo mires". Esta parodia de las revistas de viajes pone el foco de atención en Barcelona, aunque para la artista podría ser una reflexión crítica válida en cualquier otro punto de España.

Una reflexión desde "un lugar amable"

"Somos conscientes que hay problemáticas ligadas al turismo y a la globalización, que hace que las ciudades tengan problemas parecidos. Hice una lista de esas problemáticas que van desde la contaminación acústica, excesos de turismo, pérdida de vivienda para la gente de las ciudades o la invasión del espacio público", añade la artista.

Unas cuestiones proyectables a cualquier rincón turístico: "Sería tan divertido que me llamaran de Valladolid y que también pudieran centrar la mirada en sus problemáticas concretas. Es un grito a esta crítica hacia las cosas que urbanísticamente como ciudadanos nos molestan".

Este juego con la ironía permite al lector "tener una sonrisa en los labios" a la vez que reflexiona sobre la forma de viajar. "En una postal nadie encuentra cosas malas. Todo el mundo me dice que se ríe, pero le hago pensar mucho. Es esa dualidad, muchas veces la transformación no está desde la confrontación. A veces también vienen de los lugares amables".

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