La Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra han desarticulado un clan familiar de origen iraní dedicado a la producción industrial de marihuana en casas de lujo del Maresme (Barcelona) para venderla en el mercado ilegal europeo.
Los agentes han detenido a 14 personas y han realizado seis entradas y registros, donde han intervenido 110 kilos de cogollos de marihuana aptos para la venta y 7.000 plantas en diferentes estados de floración.
También se han intervenido cinco vehículos de la organización. Desde vehículos de alta gama, a otros utilitarios y furgonetas utilizados tanto para los desplazamientos de los miembros de la organización como para el transporte de la droga y materiales.
La organización se estructuraba en torno a un clan con documentación holandesa, aunque la mayoría de los integrantes residían en la zona del Maresme desde hace varios años.
Algunos de los miembros se habían especializado en el cultivo interior de marihuana. Los investigadores detectaron en las entradas a las plantaciones "una alta sofisticación y automatización de las mismas", además algunos de sus miembros tenían experiencia previa en el cultivo.
A los líderes del grupo les constan antecedentes en Holanda por tráfico de drogas antes de asentarse en España. Tanto las plantaciones como las viviendas de los jefes del grupo estaban ubicadas en casas unifamiliares en diversas urbanizaciones de lujo del Maresme.
Los investigados alquilaban los inmuebles pagando grandes cantidades de dinero, lo que les hacía pasar desapercibidos por la policía. "El hecho de elegir casas aisladas de núcleos urbanos, hacía que tampoco mantuvieran contactos con otros residentes de la zona", ha explicado la Policía Nacional.
El grupo criminal estaba liderado por varios hermanos y otros familiares directos que conformaban una estructura jerárquica rígida en la que nunca utilizaban personas ajenas al grupo para mantener su discreción.
En casos puntuales, requerían servicios de terceras personas poco calificadas para tareas de mantenimiento del cultivo, tratamiento de la marihuana, envase y transporte de ésta para su posterior venta.
Todo era supervisado por los jefes del grupo criminal. Los investigadores detectaron que estos jardineros carecían de conocimiento global del entramado criminal para el que trabajaban.
Otros investigados proveían a la organización de material y equipos especialidades para la producción y otros componentes del grupo controlaban a empresas inmobiliarias para obtener de este modo casas y alquileres de vehículos utilizados posteriormente por los mismos.
La actividad criminal mantenida en las plantaciones se determinó en base al "exagerado consumo eléctrico" detectado por la compañía eléctrica.
Además, 17 técnicos de Edistribución colaboraron a la hora de comprobar las conexiones a la red eléctrica en 6 domicilios y locales. En todas las inspecciones realizadas se detectaron conexiones fraudulentas que comportaron 1,53 GWh de energía defraudada, que equivale al consumo de una población de 438 viviendas, teniendo en cuenta un consumo anual de 3.500Kwh/vivienda.
El coste de la energía defraudada asciende a una cantidad de 383.469 euros y todos los detenidos pasaron a disposición judicial y el Juzgado decretó para 5 de ellos el ingreso en prisión provisional a la espera del juicio.
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