La leucodistrofia ha impedido a un joven de 17 años ir de manera presencial a la escuela desde bien pequeño. Un obstáculo que ha convertido a Pau Juárez en un ejemplo de perseverancia al seguir toda la enseñanza desde el comedor de su casa, donde ha sido capaz de aprender seis idiomas y llegar hasta segundo de Bachillerato.
La enfermedad congénita de la sustancia blanca del cerebro afecta a su movilidad. "Hay días que voy con buen ritmo, pero hay otros que me cuesta arrancar y estoy más cansado". También a nivel visual e infeccioso, que "puede llegar a ser un drama". Por ello, Pau se ha visto en la obligación de utilizar la atención educativa domiciliaria.
"Siempre ha tenido profesores que eran como canguros". Así ha conseguido superar la Educación Infantil, Primaria y Secundaria hasta llegar a Bachillerato, donde el coronavirus ha sido "un chollo" en su enseñanza. "Se han puesto las pilas con la conexión y Pau hace prácticamente todas las clases en línea", explica su tía María Basart.
Por la mañana sigue la jornada intensiva desde casa, sin cambios aparentes respecto a sus compañeros. Y por la tarde aprovecha para aprender idiomas, una pasión que le ha permitido aprender hasta seis lenguas con 17 años. Desde el catalán, castellano e inglés al italiano, francés y alemán.
"Siempre he estudiado desde casa. Empecé con cuatro años. Jugaba a Playmobil con los profesores de conversación en el idioma que tocaba", recuerda Pau, quien fue capaz de sacar provecho de su gran afición de pequeño para aprender nuevas lenguas. Fue el caso del italiano, que empezó a practicarlo con tan solo cinco años. Más tarde llegó el francés y el alemán. El inglés sigue practicándolo con su mejor amigo, aunque no con tanto esfuerzo. "Es el que menos me gusta".
La leucodistrofia ha afectado a su movilidad, sistema inmunitario y vista, pero no a nivel cognitivo. "La perspectiva que teníamos era muy diferente. Es un reto constante, vas a la expectativa de ver dónde llegará. Es perseverante", reconoce su madre.
Otro de los grandes pilares de Pau es su tía María, quien ha tenido un papel clave en su enseñanza al ayudarle a seguir superando las etapas educativas desde el salón de casa. "Con la pandemia de la covid, mis padres trabajaban y vivía con ella". De hecho, María le ayuda a terminar el curso de segundo de Bachillerato: "Cuando vengo soy la profesora y después vuelvo a ser su tía".
El gran sueño del joven de 17 años es ser periodista, aunque su trastorno le impide hacer la selectividad en los próximos meses. "El ritmo de tres días de exámenes es inviable. Solo alargan media hora el tiempo para hacerlo y es presencial. No puedo".
Por ello, la familia busca nuevas alternativas para que Pau llegue a cumplir su meta. "Haré un grado superior de Marketing y Publicidad. Podré seguir estudiando desde casa". De este modo, su sueño de ser periodista deportivo sigue intacto al no perder la esperanza de acceder en un futuro al grado universitario por una vía diferente.
"Me encanta el fútbol internacional. Mi equipo favorito es la Juventus de Turín. Mi profesora de italiano es como de la familia y toda su familia es de este equipo", admite Pau, quien aprendió el idioma gracias a ella. "Hace 10 años que la conocemos".
Su facilidad por aprender idiomas también le ha permitido viajar con su familia. Incluso visitar Turín (Italia), un deseo que tenía en mente desde hace años. "Estaba ahorrando para ir, pero llegó el Covid y no pude. Más tarde lo conseguimos y fuimos al campo y todo".
Ahora, Pau contempla empezar con el turco, aunque de momento lo pospone al centrarse en acabar Bachillerato. "No tiene suficiente tiempo. De momento le hemos dicho que vaya acreditando los títulos de los idiomas que sabe", destaca su familia, que ha sido capaz de superar las barreras de la leucodistrofia para que el joven siga luchando por cumplir todas las metas que se proponga.
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