Los Mossos d'Esquadra, en un operativo conjunto con la Policía Nacional y la Polícia Judiciaria portuguesa, coordinado por la Europol, han desarticulado un grupo criminal que secuestró a un empresario de 82 años en Almancil (Portugal) y apareció amordazado en un árbol en Collbató (Barcelona).
Los agentes han detenido a nueve personas: cinco en Torremolinos (Málaga) y los otros cuatro en Alicante, Sucina (Murcia) y Málaga. Seis de ellos están relacionados con el secuestro del empresario que apareció en Barcelona y los otros tres con el intento de secuestro de una empresaria en la localidad portuguesa de Setúbal.
El hombre fue interceptado violentamente cuando llegaba a una propiedad inmobiliaria que tenía en venta y tenía que mostrar a unos posibles compradores. De este modo, la víctima fue abordada por varios hombres que accedieron a su vehículo, lo golpearon y amenazaron con armas de fuego y lo amordazaron.
Los asaltantes se desplazaron con el vehículo de la víctima 1.200 kilómetros, en un trayecto que duró unas 20 horas. Primero por diferentes puntos de Portugal, para después atravesar la frontera española hasta llegar a la localidad de Collbató (Barcelona), donde lo dejaron abandonado en una zona boscosa atado a un árbol.
Un vecino localizó a la víctima mientras circulaba por la carretera y alertó a la Policía Local del municipio. Los agentes activaron el Sistema de Emergencias Médicas (SEM), que trasladó al hombre a un centro sanitario al presentar varias lesiones por el cuerpo y estar desorientado.
Los secuestradores aprovecharon mientras lo tenían retenido, con violencia y amenazándolo a punta de pistola, para obtener las claves bancarias de la víctima y realizar numerosas transferencias bancarias desde su cuenta corriente a otras cuentas ubicadas en Francia y en Lituania.
El perjuicio económico causado a la víctima superaba los 100.000 euros, a pesar de que habían intentado defraudar más cantidades, puesto que no fue posible completar las elevadas transferencias que pretendían materializar.
A parte, los secuestradores también sustrajeron las tarjetas bancarias de la víctima y el código pin, con las cuales efectuaron reintegros en cajeros automáticos y compras de aparatos electrónicos en establecimientos comerciales del centro de Barcelona.
Paralelamente, el hijo de la víctima alertó a las autoridades policiales portuguesas de la desaparición de su padre. El contacto con la policía portuguesa se inició cuando la víctima explicó que lo habían secuestrado en Portugal. Por este motivo los investigadores empezaron a intercambiar información a través de EUROPOL.
Los investigadores, un día antes de llevar a cabo las detenciones, constataron que los principales investigados se habían desplazado de manera inesperada a Portugal. Gracias a la coordinación con la policía portuguesa, descubrieron que el motivo del desplazamiento a este país era llevar a cabo otro secuestro en la localidad de Setúbal.
El día 11 de diciembre una empresaria portuguesa estacionó el vehículo ante su casa en Setúbal. Sin llegar a acceder al domicilio, recordó que tenía que hacer otra gestión y volvió atrás. En aquel momento apareció otro coche con tres personas que se cruzó ante el vehículo de la víctima y le impidieron su huida.
Dos de las personas que iban a bordo de dicho vehículo se apearon del mismo y amenazaron a la empresaria con un arma de fuego, la cogieron e intentaron hacerla entrar por la fuerza en el asiento posterior del vehículo. Alertado por los gritos, su pareja salió y forcejeó con los secuestradores, los cuales finalmente desistieron del secuestro, pero huyeron con el vehículo de la víctima.
Un sistema de geolocalización, sumado a la denuncia de los hechos ante las autoridades policiales portuguesas, permitió ubicar a los secuestradores en Torremolinos (Málaga), lugar donde una patrulla de Policía Nacional detuvo a las cinco personas implicadas en los hechos, dos de las cuales también estaban relacionadas con el primer secuestro investigado.
Gracias a la declaración de las víctimas, obtuvieron información sobre cómo estaba conformado el grupo responsable del secuestro. Tres personas eran las encargadas de materializar el secuestro, mientras que los otros se encargaban del entramado bancario que recibió y dio salida al capital sustraído a la primera víctima localizada en Collbató (Barcelona).
En cuanto al primer secuestro, la investigación permitió obtener datos de algunos de los presuntos autores, siendo localizados en las provincias de Alicante, Málaga, Murcia, y otros países como Francia y Portugal.
El pasado 13 de diciembre tuvo lugar la fase de explotación de la investigación, cuando los agentes se desplazaron a las localidades donde vivían los investigados en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, para realizar las entradas y registros en sus domicilios.
Los investigadores intervinieron un arma de fuego real y dos armas de fuego simuladas, aparatos de telefonía, documentación bancaria, bridas y ropa que presuntamente llevaban los investigados durante el secuestro. También agendas con datos bancarios, y una impresora especializada que les permitía crear documentos con datos falsificados como tarjetas bancarias o licencias de conducción, con alta definición.
Al día siguiente, el 14 de diciembre, se llevó a cabo otra entrada y registro en Marbella (Málaga), en el domicilio de una de las personas investigadas. Dos días después se hicieron acciones de investigación en Lisboa, donde la Policía Judiciaria identificó otros sospechosos presuntamente implicados en esta red criminal.