Una vez más, activistas del grupo AnimaNaturalis se han manifestado en Barcelona contra la industria peletera. Ya lo hicieron a principios de este 2023 por el uso de pieles animales para crear prendas y por el mismo motivo se han desnudado ahora.
Igual que también protestaron en la Puerta del Sol de Madrid en 2020, un gran número de miembros de la entidad se han amontonado este domingo, manchados con sangre artificial. En total, 50 personas han formado parte de la protesta.
El acto ha llamado la atención de turistas y vecinos de la ciudad condal, concretamente en la plaza Catalunya, donde la coordinadora de la asociación, Cristina Ibáñez, ha explicado a los medios cuál era el objetivo de la manifestación.
La idea era "concienciar a la población del enorme número de animales que se utilizan para confeccionar un sólo abrigo de piel". Además de "presionar para un debate que lleve al cierre de todas las granjas peleteras de España".
Ibáñez ha criticado que "cada vez más países desarrollados las prohíben", pero nuestro país está "a la cola de Europa, una vez más". En redes sociales, AnimaNaturalis igualmente ha publicado imágenes del desnudo protagonizado.
Con mensajes como que pretenden "exigir a la Comisión Europea" que se ponga fin a esta industria con la que sufren los animales. La exhibición que suelen organizar sin ropa y pintados de rojo ejemplifica cómo quedan sus cuerpos sin vida una vez que les han arrancado la piel.
Visones, conejos y chinchillas permanecen encerrados, en un completo confinamiento, en las explotaciones activas que hay en lugares como Castilla y León o Galicia. AnimaNaturalis asegura que no pueden desarrollar sus comportamientos naturales.
Esta situación provoca en el visón, particularmente, movimientos estereotipados y que sufra heridas, canibalismo e incluso que pueda llegar a automutilarse. La entidad estuvo visitando varios criaderos con cámaras ocultas para descubrir la realidad en las instalaciones.
El sacrificio habitual, especifica la asociación, es con gas, electrocución o desnucamiento, para que las pieles no se dañen. Para cada abrigo se matan entre 50 y 60 visones con unos ocho meses de edad.
"Recalcamos que no se pueden mejorar unas condiciones de bienestar animal que no existen", señalan y, por eso, creen que la "única solución" es que desaparezcan estas explotaciones. También aseguran que son "inseguras e insostenibles".
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