El desvío de un nuevo carril bici en Barcelona ha causado malestar entre los ciclistas y usuarios de patinetes, que tienen que salirse de la calzada para sortear una salida de emergencia del túnel de Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC).
El tramo a la altura del número 165 de la Gran Via de les Corts Catalanes obliga a las personas en bicicleta a realizar un repentino giro. De este modo, suben a la acera durante unos metros y regresan posteriormente a la vía.
"Es un apaño un poco improvisado. El tráfico está fastidiado para todos. Tanto coches, ciclistas y peatones", explica un vecino del barrio sobre el desvío del carril bici entre las estaciones de ferrocarriles de Magòria-La Campana y Ciutat de la Justícia.
Según fuentes municipales, se trata de una solución "constructiva" que "garantiza la seguridad" de los usuarios de los ferrocarriles, dado que el diseño "respeta las condiciones de seguridad requeridas por la compañía y el correspondiente espacio de separación".
Una seguridad que también beneficia a los usuarios del carril bici porque "evita que puedan impactar con la trampilla en caso de apertura".
Sin embargo, esta solución es "un poco absurda" para una parte de la población. "Antes era peligroso por los peatones, pero esto es más peligroso que antes. Es un caos. La han acabado liando un poco", añade otro vecino.
Una problemática sobre un carril que está cortado y que confunde a algunos ciclistas y gente con patinetes. Incluso algunos peatones caminan por el carril bici. "Lo veo inútil. Puede causar accidentes porque al subir puedes encontrarte con peatones y si alguien no está pendiente puede ser peligroso".