Hasta hace unos días, Santa Coloma de Cervelló (Barcelona) conservaba un petroglifo neolítico grabado sobre una roca en la cima del Montpedrós y era uno de los bienes patrimoniales más preciados en el pueblo, que incluso constituye el logotipo de uno de los institutos públicos.
En 2020, el grabado fue vandalizado y ahora el Ayuntamiento se proponía restaurarlo y trasladarlo a un museo, cuando Francesc Punsola, un escultor y pintor barcelonés, ha confesado públicamente que, en realidad, no se trata de una obra prehistórica sino de un trabajo que hizo él mismo hace 30 años.
Punsola fue uno de los precursores del grafiti en Barcelona y alrededor del año 1993 decidió "apartare de todo aquello y buscar una forma de expresión que perdurase en el tiempo", explica. Fue entonces cuando se fijó en el 'land art' y escogió la piedra para grabar sus dibujos, como en un "grafiti eterno". Así creó la piedra de Santa Coloma de Cervelló, sobre la cual asegura que no es una imitación de arte neolítico, sino unos trazos muy simples fruto de la dificultad para trabajar la piedra "porque era muy dura".
En 30 años no había vuelto al lugar donde esculpió la piedra, pero un día durante la pandemia la buscó en Internet y vio que muchos excursionistas la fotografiaban y la situaban en el neolítico. Asegura que se sorprendió de que muchos le pusiesen esa etiqueta pero que eso indica que el nivel de su obra es excelente.
Más tarde supo que el Ayuntamiento quería reparar y trasladar la piedra y decidió ponerse en contacto con el consistorio para comunicarles que la obra no tiene miles de años, sino 30, para evitar que se invirtiesen miles de euros en algo que no era lo que muchos creían.
La noticia ha causado estupor en Santa Coloma de Cervelló, donde muchos vecinos identificaban el monolito como un elemento importante en la historia del pueblo que demostraba que este había estado habitado por miles de años. El mismo asombro ha mostrado el Ayuntamiento, que ha emitido un comunicado en el que reconocen que este grabado ha traído "muy buenos momentos imaginando nuestro pasado como municipio".
En el mismo comunicado, el consistorio afirma que desconocían con certeza el origen del grabado y que este era "una incógnita histórica que los arqueólogos intentan descifrar de hace tiempo por su posible valor patrimonial". De hecho, la Generalitat llegó a hacer un estudio tras la vandalización, el cual "presenta serias dudas de que el grabado pueda atribuirse al megalitismo por el tipo de incisión realizada". Sin embargo, el Ayuntamiento reconoce que "el supuesto petroglifo representa un símbolo para el pueblo".
Punsola cree que el simbolismo que tiene para los vecinos no tiene por qué cambiar ya que "la obra va a seguir siendo la misma" y se muestra feliz de que los vecinos se sientan identificados con ese símbolo.
A la luz de la noticia se ha pronunciado también la Diputació de Barcelona, que había documentado la obra en el mapa de patrimonio cultural de Santa Coloma de Cervelló, un reconocimiento que no otorga ningún tipo de protección específica, sino que lo distingue como elemento que es de algún modo relevante para el municipio, independientemente de su antigüedad.
"Nunca se ha considerado que sea un elemento de interés arqueológico como para darle un nivel de protección", ha remarcado la técnica de patrimonio de la Diputació de Barcelona, María del Agua Cortés, quien ha subrayado que en la ficha de este grabado en ningún momento ha constado ninguna cronología atribuida a su creación, puesto que la misma persona encargada de documentarlo "dudaba de la veracidad" de que se tratase de un elemento prehistórico. Pese a que sí se indicaba que los motivos se parecían a los del megalitismo pero que, por el tipo de incisiones realizadas, el mismo documento describía la posibilidad de que se tratase de una producción más contemporánea.