Una joven de 21 años de origen pakistaní y residente en Barcelona ha escapado de un matrimonio forzoso concertado por su padre, un final muy diferente al de las hermanas de Terrassa asesinadas por su familia en Pakistán. La Policía Nacional ha detenido al progenitor mientras la hija reside en un lugar protegido para evitar represalias de la comunidad. Huma Jamshed, presidenta de la Asociación Cultural Educativa y Social de las Mujeres Pakistaníes (ACESOP), conoce bien la problemática. Su entidad consiguió que escapara de una unión que no quería.
La chica acudió a la entidad hace unas semanas tras semanas de disputas con la familia. Cuenta Huma que el padre consiguió la firma de la joven en Pakistan, donde la familia había viajado para asistir al enlace de la hermana de la joven con un primo. "El padre la agredió en Pakistán para que firmara el matrimonio. Incluso intentó estrangularla con un pañuelo", explica Huma.
La joven acudió al médico y a la policía en el país asiático, "pero nadie le hizo caso, es una sociedad patriarcal", explica Huma. En cambio el padre sí que pudo formalizar el matrimonio: "Consiguió la firma de la hija sin testigos pero pudo registrarla en el ayuntamiento de su pueblo y formalizar la boda", cuenta la activista afincada en el barrio barcelonés de El Raval.
Cuando la familia regresó a Barcelona, la joven huyó de casa: "Se fue a vivir a casa de una compañera de trabajo en un supermercado", cuenta Huma. Sin embargo, en la comunidad pakistaní no está bien visto que las jóvenes solteras residan fuera de la casa familiar: "La hermana intercedió. Se aseguró que el padre no la volvería a pegar y ella regresó a su casa", explica. Volvió a vivir bajo el mismo techo que su padre hasta es este viajó de nuevo a Pakistán.
"Ella sospechó de sus intenciones y pidió ayuda antes de que su padre regresara a España, tramitara la reagrupación familiar y trajera al marido", explica. La joven estuvo acogida unos días en la asociación. "El clan no acepta el matrimonio por fuerza así que lo anulamos y formalicé al matrimonio con otro chico con quien sí quería casarse", explica. Se trata de otro primo que trabajaba en Dubai y viajó a Barcelona para formalizar la unión.
En paralelo, denunciaron ante la policía: "Acudimos a los mossos y nos nos hicieron caso. Pedíamos protección para ella. Después fuimos al ayuntamiento de Ciutat Vella y Guàrdia Urbana y la Policía Nacional nos atendieron", explica. El padre fue citado por el juez a finales de mayo, cuando regresó de Pakistán.
El mecanismo usado por Huma para eludir el matrimonio forzoso dista de las soluciones occidentales: "Era la solución para no tener enemigos en su clan y acorde con nuestra religión. Vivir con un chico sin casarse está considerado adulterio. De esta forma, nadie los rechaza en sus familias y ellos no sienten que han cometido un pecado", explica.
Huma fue también la encargada de organizar el enlace según los ritos de su país de origen "Vinieron vecinas pakistaníes y voluntarios locales, como nuestro profesor de catalán", explica. Ahora, la joven y su marido residen en un lugar protegido por el Gobierno para evitar represalias de su familia.