ElBulli de Ferran Adriá reabre sus puertas 12 años después en cala Montjoi convertido en museo para 'comer conocimiento'

La cocina de elBulli ha vuelto a abrir sus puertas, pero esta vez sólo para contemplarse. Una transformación del restaurante convertido en museo destinado a 'comer conocimiento' que se ha inaugurado este jueves en la mítica cala Montjoi, en el Parque Natural del Cap de Creus (Girona), el espacio creado y pensado para salvaguardar el legado de Ferran Adrià, promover la actitud innovadora y generar contenido de calidad para la educación y el autoaprendizaje de la restauración gastronómica.

“Las personas pueden comprender qué paso aquí, cómo lo hicimos para que elBulli fuera elBulli”, ha explicado Ferran Adrià, el alma mater del primer restaurante del mundo convertido en museo.

A partir de este lunes, el público ya podrá comprar las entradas del museo, que abrirá tres meses al año. Esta primera temporada hasta el 16 se septiembre, y tendrá capacidad para 200 visitantes diarios que sólo podrán tomar agua y café. "Yo voy a una exposición de Norman Foster y no le pido que me haga una casa. Habría que montar un equipo de más de 40 personas y ahora es imposible a nivel funcional", se justifica Adrià.

A cambio, les ofrece todo su conocimiento y el recopilado por elBullifoundation y laBullipedia en un espacio de 3.000 metros cuadrados, que incluye el mítico restaurante, donde se distribuyen 69 instalaciones artísticas, conceptuales y audiovisuales para entender el cambio de paradigma en la gastronomía mundial.

“Queremos que todas las personas que visiten el museo comprendan cómo elBullirestaurante consiguió generar un impacto tan grande a nivel mundial, a la vez que provocar en ellas una reflexión sobre su relación con el conocimiento y la innovación”, destaca Lluís García, director general de la fundación.

Al acceder al edificio histórico que albergó elBullirestaurante durante cincuenta años, el visitante leerá "crear es no copiar" una frase que da sentido a todo lo que encontrará dentro del icónico espacio que alojaba el restaurante más influyente del mundo.

Una visita donde la degustación no entra en juego. "No se va a poder comer, si no sería un restaurante. Nuestro lema es comer conocimiento, creo que es una metáfora muy bonita para explicar lo que uno se va a encontrar en elBulli1846”, añade Ferran Adrià.

La sala es otro de los escenarios de la visita, con todos los elementos originales – manteles, vajillas y cristalerías originales - en el mismo sitio y que permitirá vivir de nuevo un servicio en el comedor de elBulli. Al igual que la cocina donde Ferran Adrià, Juli Soler y el equipo creativo, concibieron las 1846 elaboraciones finales que se degustan, que permitirá comprender mejor el sistema de planificación, organización y funcionamiento de un restaurante gastronómico y en la que se han recreado veintiocho platos icónicos de elBulli. 

El visitante podrá descubrir qué aprendió elBulli de otras disciplinas y cómo retroalimentaron su capacidad innovadora con la visita al edificio dedicado a las relaciones interdisciplinares. En  él, se encontrarán los esquemas, las libretas y los mapas para crear, el mundo del arte o el  viaje crucial de Ferran Adrià a Japón, etc.

El recorrido finaliza con elBulliDNA, una de las  instalaciones más disruptivas visualmente hablando –tiene forma de roca y se integra en el  paisaje del Cap de Creus – donde, de junio a septiembre, mostrará todos los proyectos y labs que se han llevado a cabo desde 2011 hasta hoy. Y el resto del año, será el espacio concebido para la investigación que se lleva a cabo en elBulli184

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