La frustración por caerte de una montaña, mientras intentas llegar a la cima atado a otro pingüino, ha convertido en todo un éxito el videojuego de Víctor Valiente, Guillem Romero y David Lozano. Tres jóvenes del Ripollet (Barcelona) y artífices de 'Bread & Fred' (Pan y Federico en castellano), "una locura" que se codea entre los juegos más deseados del mundo con 1.400.000 descargas antes de su lanzamiento, el próximo 23 de mayo.
El videojuego está pensado para disfrutar y sufrir en pareja. "Son dos pingüinos atados en una cuerda y tienen que cooperar para subir una montaña, pero si en cualquier momento te caes arrastras a tu compañero hacia abajo. Si fallas tienes que repetir el nivel otra vez", explica David Lozano, uno de los creadores, que resalta el fiasco que supone empezar de cero: "La frustración la pasas a tu colega. Gritas y te enfadas con él en lugar de contigo mismo".
La temática de este tipo de juegos forma parte de los 'rage games', juegos de la rabia que "castigan mucho" al usuario si se equivoca, provocando situaciones de enfado. "Se basa en subir una torre y si te caes no hay puntos de control. Cuanto más subes, más te caes", añade el joven de 25 años, que dejó su trabajo de animador 2D para centrarse plenamente en un proyecto que ha dado la vuelta al mundo gracias a su demostración distribuida libremente previa al lanzamiento oficial.
El videojuego está pensado para enfurecer a 'streamers', que algunos de ellos monetizan su propia furia con sus vídeos. "En Twitch son populares porque la gente disfruta viendo sus enfados". De hecho, la idea surgió una tarde de noviembre de 2020 viendo a uno de los creadores de contenido más famosos en Estados Unidos.
"Él estaba jugando a un juego hecho por un fan. Al verlo les dije a mis amigos que seguro que podíamos hacer algo parecido. Empezó como un proyecto de risas para hacer algo juntos y si nos sacábamos algo de dinero eso que nos llevábamos. No pretendíamos que fuera tanta locura". Pero el éxito llegó de sorpresa en diciembre de 2022. "Una persona subió un TikTok del juego y el vídeo tuvo 8 millones de visitas. Se hizo famoso y ahora somos uno de los juegos más deseados".
Desde entonces, su remota idea apareció en los 'streamings' de varias personalidades con decenas de miles de espectadores en directo de todo el planeta. "El video que estábamos viendo cuando surgió la idea hace años era de Ludwig. Cuando vimos que jugó, fue cerrar el círculo", recuerda ilusionado David. Sin embargo, el gran escaparate también les atemoriza.
"Hay un poco de miedo cuando algún 'streamer' prueba el juego porque su audiencia puede ver que no le gusta. Pero la acogida ha sido bastante buena. A todo el mundo le ha llamado la atención e, incluso, hay algunos que han repetido jugando con otras personas", añade.
Un temor que también sienten tras la fuerte irrupción antes del lanzamiento oficial. "Se lleva un poco bien y muy mal a la vez. Nos hace muchísima ilusión que la demo esté yendo bastante bien. Tenemos un poco de miedo por cumplir las expectativas que ha generado la demo. Lo ha jugado tanta gente que hay que ver si cumplimos".
De momento, la idea de los tres jóvenes ha permitido a dos de ellos focalizar sus esfuerzos en mejorar el producto. "Guillem trabajaba los fines de semana en una pollería y ahora nos dedicamos plenamente a la empresa que hemos constituido".
Pese a los enfados del jugador, cuando comete un error, los creadores decidieron crear opciones de dificultad para que todo el mundo pueda disfrutar. "La estética del juego es muy bonita y atrae a gente que no es tan experta en el ámbito, pero acaba frustrada. Ahora puedes tener una experiencia más llevadera y una experiencia hardcore", matiza David sobre Pan y Federico. Un nombre, que como el proyecto en sí, nació de la nada.
"Realmente no hay mucha explicación detrás. Alguien dijo algo aleatorio y el siguiente nombre que propusimos fue Pan y Federico. Nos hizo mucha gracia y luego lo tradujimos al inglés". Una respuesta que también vale para descubrir el origen de la pareja de pingüinos. Un encanto por la frustración en el que aprender de la derrota es esencial para llegar a la cima. "Acaba siendo una pelea contra ti mismo. Te retas a hacerlo mejor la próxima vez".
Ahora que ya lo han jugado miles de personas, tanto Víctor, Guillem y David han visto el potencial de su primera obra maestra. "A la gente le gusta mucho ver cómo se gritan sus 'streamers' favoritos". Una oportunidad que esperan aprovechar para poder seguir creando más ideas. "Sería nuestro objetivo ideal y que con este juego podamos financiar otros nuevos"