La huelga de basuras indefinida ya se sufre en las calles de Figueres (Girona). La protesta empezó el viernes pasado y no hay fecha de finalización hasta que no se llegue a un acuerdo con el Ayuntamiento. La imagen afea la estampa de la ciudad que estos días vive su fiesta mayor.
El servicio de recogida de basuras se ha municipalizado y la empresa pública ha subrogado a los trabajadores manteniendo sus condiciones. Pero las nuevas incorporaciones ya se rigen por el convenio público y cobran menos que los compañeros más antiguos. Reclaman igualar condiciones salariales.
El Ayuntamiento asegura que es imposible llegar a un acuerdo porque no sería legal cambiar las condiciones y hay que regirse por el convenio público. Mientras, los vecinos ven cómo se acumulan las bolsas de basura en las calles: "Estamos en plenas fiestas", dicen enfadados. "No apetece ni siquiera sentarse a tomar algo porque huele muy mal", cuenta otro.
El consistorio decretó este martes el estado de emergencia por insalubridad: "Creemos que es una huelga injusta y sin motivo", cuenta Agnès Lladó, alcaldesa del municipio.
"Ha habido un proceso de municipalización del servicio y aquí el problema es que hay gente que se resiste al cambio", explica Pere Casellas, consejero delegado de Fisersa, la empresa pública que gestiona el servicio.
Mientras los sindicatos reclaman la equiparación salarial y de condiciones: "Nosotros también estamos enfadados por las condiciones y porque no nos gusta ver la ciudad así. La huelga es indefinida y creemos que solo puede solucionarse con negociación, no en los juzgados", responde Carles Casas, portavoz de CCOO Girona.