Más de 290.000 conejos están 'a la caza' en Lleida tras la declaración de emergencia cinegética en 90 áreas privadas de la localidad catalana. Una especie "imprevisible" que ha pasado del declive poblacional en 1989 a una densidad excesiva en la actualidad, que atemoriza a los campesinos de todos los rincones de España. Entre ellos Andalucía, donde los conejos conocidos como 'Jurassic Park' por su tamaño están arrasando los cultivos de 135 municipios.
"El problema no es nuevo", reconoce el jefe de la Sección de Actividades Cinegéticas y Pesca Continental en Lleida, Francesc Casas. Aunque para ser "conscientes" hay que retroceder 34 años atrás, cuando entró el virus de la enfermedad hemorrágica del conejo (VEHC) en la península. "Desapareció el 80-90% de la población".
Sin embargo, las transformaciones en el territorio durante las últimas décadas cambiaron el paradigma. "Los daños se relacionan con el crecimiento de las infraestructuras, sobre todo vías de alta velocidad como el AVE, autovías y autopistas. También transformaciones agrícolas para poner riego, que ha comportado la creación de infraestructuras hidráulicas, canales y bases de regadío", expone Francesc sobre un espacio que ha habilitado una zona donde vivir a los animales en cuestión.
"Les es muy fácil poder escarbar para poner las madrigueras. El conejo es una especie que pueda criar una vez al mes y para ello necesita hacer un agujero en la tierra. Pare entre cuatro y cinco crías, los amamanta y el día 22 ya no vuelve". En ese momento, la coneja "seguramente" ya está preñada, por lo que repite el proceso. Aunque también hay excepciones: "Hay una zona aquí que crían todos los meses, pero lo habitual es entre septiembre y octubre hasta mayo".
Una vez creado el hogar, la comida es la otra gran preocupación. "El conejo ha encontrado la zona donde criar y tener la comida al lado. Si no son coles, son cereales. Comida no les falta. Hay durante todo el año porque hay mucha diversidad de cultivos. Esto no son latifundios". De hecho, esta especie, con un 14 por ciento de proteína, ya se pone en celo, según Francesc. "Tienen comida y refugio. Esto es lo que ha provocado su eclosión".
A partir de los 2000, algunas zonas de Castilla-La Mancha, Andalucía, Comunidad Valenciana, Aragón y Navarra empezaron a detectar el aumento poblacional de conejos. En Cataluña detectaron los primeros daños entre 2004 y 2005, fecha en la que autorizaron la caza bajo control. "Desde entonces hemos ido alargando el periodo de caza hábil para el conejo hasta que en la actualidad ya es todo el año".
Pero la gran subida de densidad llegó en 2018 tras los sucesivos daños ocasionados en la agricultura, infraestructura y sistemas de riego. "Se disparó y no hay un motivo exacto", indica el jefe de la Sección de Actividades Cinegéticas en Lleida. Desde entonces, las especulaciones para saber los motivos de la sobrepoblación de conejos no cesan. Una de ellas fue la anomalía de las precipitaciones.
"Fue un año muy lluvioso, con el conejo aunque parezca una especie conocida, falta mucha información. En 2018 llovió más del doble que los últimos cinco años, sobre todo a principio de otoño. Es imprevisible. No se sabe realmente por qué se dispara la población", reitera Francesc.
En el caso de la enfermedad hemorrágica y la mixomatosis, que bajan la población de los animales, su densidad es tan elevada que muchos de ellos están inmunizados. "Tienen un sistema de defensa que les pasa como las personas, generan anticuerpos. Si en una población de 500 llega la enfermedad y la mitad mueren, en seis meses este núcleo ya está recuperado".
La declaración de emergencia en Lleida recoge el objetivo de realizar más de 293.000 capturas durante la temporada estipulada en las comarcas afectadas del Segrià, Noguera, Urgell, Pla d'Urgell, Segarra y Garrigues, que suman 75 municipios y 1.498 kilómetros cuadrados, un dato que se podrá actualizar en función de los nuevos censos de la población conejuna que se conocerán en mayo.
Los daños a la agricultura ocasionados por el conejo de bosque en Lleida ha motivado que se autorice anualmente su caza, de manera excepcional. Los últimos censos que llevó a cabo el Departamento con la colaboración del Cuerpo de Agentes Rurales el pasado mes de octubre, muestran un incremento del 34% respecto al otoño de 2021. Así, de media, había 123 conejos por kilómetro cuadrado en octubre de 2022, mientras que el año anterior era de 92.
La resolución contempla también que, además de armas de fuego, perros y jaula trampa, se pueda aplicar la caza con hurón, una práctica permitida sólo en ocasiones especiales como esta.
Otra de las novedades ha sido la aplicación autorizada de fósforo de aluminio, un producto que se utiliza como biocida y está autorizado en infraestructuras que son "buenos lugares para que los conejos hagan madrigueras", dado que actúan como reservorio, y no representa ningún riesgo para la cadena trófica. Su aplicación tiene que ir a cargo de personal de empresas con carné de uso de biocida emitido por el Ministerio de Sanidad.
Esta aplicación se lleva a cabo en zonas concretas muy afectadas y garantizando la estabilidad de las infraestructuras. Previamente, el Servicio de Carreteras del Departamento de Territorio ha llevado a cabo tareas de limpieza y desbroce de los márgenes y taludes de la zona objeto de aplicación.
El Pacma y las entidades animalistas Lex Ànima y Fundación Altarriba han denunciado a la consellera de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat, Teresa Jordà, ante la Fiscalía general de Medio Ambiente por su gestión de la plaga de conejos en Lleida.
Entre las críticas está precisamente el uso del fósforo de aluminio, afirmando que está previsto verter este tóxico en riegos y zonas agrícolas. Además, alertan de que se trata de "un veneno no selectivo que puede producir la muerte de animales y personas".
La denuncia es por los presuntos delitos de prevaricación, malversación y contra el medio ambiente, y también se dirige contra la directora de Ecosistemas Forestales y Gestión del Medio del departamento, Anna Sanitjas. Creen que Jordà y Sanitjas, con sus declaraciones, "crean alarma de una pretendida plaga de conejos" por la que se han abonado honorarios a cazadores para eliminar estos animales.
Por su parte, fuentes de la Conselleria han explicado que todavía no han recibido notificación de la denuncia, por lo que han descartado posicionarse al respecto.
La declaración de emergencia cinegética se ha aplicado semanas después de la protesta organizada por los agricultores leridanos, en la que alertaban que la plaga de conejos podría terminar con sus cultivos, que terminó con el lanzamiento de conejos vivos y muertos a las puertas de Servicios Territoriales de Agricultura.
La Conselleria se refirió a una "situación de descontrol poblacional" del conejo de bosque, que está causando "pérdidas económicas muy importantes" para el sector agrícola, una de las principales actividades económicas en la zona afectada, que comportan una "gran alarma social" entre la población local.