El acoso del catedrático de la UAB a su alumna: "¿Tienes ganas de estar desnuda conmigo?"

La Audiencia de Barcelona ha condenado a un año y medio de cárcel e inhabilitación de 9 años a Àlvar S.M., catedrático de la Facultad de Física de la Universitat Autònoma de Barcelona por un delito de acoso sexual hacia una alumna. También le prohíbe aproximarse y comunicarse con ella y le ha impuesto una indemnización de 6.000 euros. Los mossos investigan a un profesor de ESO en Bagà por tocamientos.

La sentencia considera probado que el catedrático, que asumió la dirección de la tesis doctoral de la alumna entre 2016 y 2018, cometió un delito continuado de abuso sexual hacia la alumna cuando se encontraban solo en su despacho o en los congresos a los que asistían: "La abrazaba rozándole zonas erógenas como el pecho y el culo, le ponía la mano sobre el muslo, le daba besos furtivos en la mejilla, le realizaba preguntas sobre su vida personal e íntima, e insistía en mantener con ella una relación que extralimitaba la relación entre director de tesis y alumno", afirma el auto.

El juez considera que el catedrático "se aprovechó de la timidez de la víctima y de su incapacidad para mantenerse firme e impedir que estos hechos ocurrieran" y también del respeto y "la profunda admiración que ella sentía por él en el plano profesional-académico".

Esta situación provocó "un estado de estrés y ansiedad" por el que tuvo que someterse a psicoterapia durante año y medio y recibió ayuda del Observatorio de Igualdad de la Universidad.

Acoso gradual y reiterado

Según la sentencia, el acusado empezó dando abrazos a la víctima cuando lloraba por su miedo a hablar en público, lo que reconfortaba a la estudiante. A medida que pasaron los días y cuando se encontraban en el despacho de él, este la abrazó con más frecuencia, "le ponía la mano encima del muslo, se acercaba a ella, invadiendo su espacio". Cuando ella manifestó su malestar él le decía "que era muy cariñoso con todo el mundo y necesitaba tener muestras de afecto con ella, para tener una relación de mucha confianza".

"Cada vez que ella se mostraba distante con él y ponía límites, él comenzaba a llorar y a decirle que se sentía muy mal por la pérdida de su hijo, y por su frialdad con él, lo que provocaba que la estudiante se sintiera culpable y volviera a tener dificultad para poner límites", recoge la sentencia.

Miedo de la víctima a quedarse sin doctorado

Catedrático y estudiantes acudieron juntos a varios congresos y, según considera probada la sentencia, él le insistió varias veces que subiera a la habitación de él y se mostró triste cuando ella se negaba. La víctima sentía "mucha angustia porque quería explicar lo que ocurría a su familia y a su pareja, pero él le decía, que, si lo hacía, tendría que dejar el doctorado porque la gente no entendería su relación, y que tenían que tener mucha confianza para poder hacer juntos la tesis".

El acusado le hizo comentarios como: "¿No tienes ganas de ducharte conmigo? ¿Tienes ganas de estar desnuda conmigo? Y cuando ella le respondía que no, él le decía que todo era una broma, que no se preocupara". Cuando trabajaban en artículos juntos, él decía "ahora no me viene la palabra correcta, si te toco el culo seguro que me viene a la mente, entonces le tocaba el culo y seguían trabajando".

La víctima quería acabar la tesis lo antes posible para que acabara su relación, por lo que permitía estas actitudes. Sin embargo, tras dos años de acoso continuado, la estudiante denunció los hechos ante el Observatorio de Igualdad después de que el profesor volviera a tocarle el culo en un congreso en Finlandia, donde había hecho mucho esfuerzo por mantener las distancias.

La Universitat Autònoma de Barcelona ha apartado al profesor de la enseñanza al conocer la sentencia.